El portavoz del PP en el Senado, Javier Maroto, ha asegurado que "ni loco" militaría en un partido que "sube el micrófono muy alto" para gritar "¡Viva España!", sino que, por contra, quiere "un partido que defienda con ímpetu y pronuncie 'España' con el mismo orgullo que pronuncia Castilla y León o Segovia y que "trabaje por todos".

Así lo ha indicado durante su intervención este sábado en el XII Congreso Provincial del PP de Segovia, donde ha insistido en que Pablo Casado es "ese líder que necesita España" y que será presidente si todos empujan ese carro.

"Defendemos una nación unida, libre y diversa", ha aseverado Maroto, quien ha reconocido que "es muy fácil subir el micrófono muy alto y gritar '¡Viva España!', pues hay partidos que hacen esto", ha explicado, antes de remachar que él no militaría en ese partido "ni loco".

Consciente de que "hoy hay más opciones en el menú electoral", ha destacado que el PP de Pablo Casado "tiene a toda España, en su diversidad y pluralidad, en su cabeza y su corazón". "Todos necesitamos un cambio de Gobierno e impulsar con fortaleza un discurso nacional alternativo que no es de gritar mucho, sino de proponer las cosas como alternativa", ha afirmado.

En este sentido, ha criticado la actitud del Gobierno de Pedro Sánchez en un "momento dificilísimo" como ha sido la pandemia, puesto que le acusa de haberse apuntado el tanto de dar las "buenas noticias" para, después, "pedir cuentas a las comunidades autónomas".

"Hay un presidente del Gobierno al que solo le importa él y ha convertido el PSOE en el partido sanchista, mientras todos los que revolotean a su alrededor se comen el sapo que tengan que comerse, porque el único reverenciado es Sánchez", ha apostillado, antes de dirigir sus críticas al líder del PSOECyL, Luis Tudanca, al que se ha referido como "uno de los más destacados en hacer seguidismo de Sánchez mientras espera a que le caiga un ministerio".

"El PSOE no pinta nada más que hacer el ridículo", ha afeado Maroto, que, a continuación, ha apuntado al ministro de Consumo, Alberto Garzón, y a su "ocurrencia de decir que la carne está muy mal y que hay que quitarla de en medio", lo que, a su juicio, "es lo mismo que cargarse un sector y que es un manjar ya sea al punto, poco hecho o muy cocido".

Por ello, ha abogado por llamar a Garzón y llevarle "a comer media de cochinillo y media de cordero a ver si se le quita la manía persecutoria a la carne, la cara con la que habla y, si hay suerte, igual se le quita hasta el comunismo".

Sin embargo, ha matizado que la campaña de reducción del consumo de carne "no es una ocurrencia solo de Garzón", ya que este punto "estaba incluido en los objetivos de la agenda 2050, un acto con muchas fotos para que Sánchez saliese guapo y dijera que era un día histórico".