Castilla y León

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Sociedad

Confirman más de cuatro años de cárcel para un hombre que extorsionó a un vendedor de cupones de la ONCE con discapacidad

14 abril, 2021 12:38

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha ratificado la condena de cuatro años y medio de prisión impuesta a un hombre que durante casi tres años se dedicó a extorsionar a un vendedor de cupones de la ONCE en Olmedo (Valladolid), con una discapacidad mental, del que logró cantidades cercanas a los 7.000 euros bajo amenazas de darle a él y a su padre una paliza.

La sentencia de la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL, con sede en Burgos, desestima así el recurso interpuesto por el condenado y confirma en todos sus términos el fallo anterior de la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Valladolid, de fecha 4 de diciembre de 2020, que consideró al condenado autor de un delito continuado de extorsión, con la agravante de abuso de superioridad, a la pena de cuatro años y seis meses de prisión.

A mayores, el tribunal le impuso, durante siete años, la prohibición
de aproximarse a menos de 500 metros respecto de la víctima, de su vivienda y lugares que frecuente el mismo, así como la prohibición de establecer contacto escrito, verbal o visual por cualquier medio de comunicación, informático o telemático, durante el mismo periodo de siete años.

En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar al extorsionado en 6.930 euros por el daño material y en 12.000 euros.

En la sentencia ahora ratificada se consideran como hechos probados que el acusado se dedicó a extorsionar a un vendedor de cupones de la ONCE en Olmedo, quien presentaba una discapacidad notoria--sufre una deficiencia mental media, con una disminución de la capacidad orgánica y funcional del 58 por ciento--, y obtuvo así de él cantidades que suman casi 7.000 euros, según la información del Gabinete de Prensa del TSJCyL recogida por Europa Press.

Así, con anterioridad al mes de octubre de 2015, el condenado se acercó a la víctima y ya en esa primera ocasión la convenció para que le entregase dinero, diciéndole que tenía un familiar enfermo y que lo necesitaba. En ese momento obtuvo 70 euros.

Pocos días después, volvió a requerir ayuda del vendedor de cupones y en aquella ocasión éste se negó, con lo que el acusado amenazó con propinarle una paliza tanto a él como a su padre, persona de edad avanzada, ante lo cual, por miedo, se plegó a sus pretensiones.

A partir de ese momento, el acusado comenzó a exigir dinero al vendedor de cupones, de la misma manera y bajo la advertencia de darle una paliza a él y su familia. De este modo, la víctima le entregaba, al menos cada semana, cantidades que oscilaban entre los 50 a 80 euros, llegando en algunas de ellas a darle hasta 200 euros, que procedían fundamentalmente de la recaudación de los cupones.

Estos hechos tuvieron lugar en la localidad de Olmedo y se prolongaron hasta el 18 de noviembre de 2016, fecha en la que el extorsionado cayó de baja médica por incapacidad con un cuadro ansioso-depresivo y de alteración del comportamiento.

Desde esta fecha, la víctima permaneció en la localidad de Ataquines, donde residía en la vivienda familiar. El 23 de mayo de 2017 se le revisó la discapacidad reconociéndole un grado del 68% al haberse agravado el que tenía anteriormente, valorándose su retraso mental moderado y su trastorno de la afectividad.

Posteriormente fue jubilado mediante resolución del INSS, de fecha 14/07/2017, declarando la incapacidad permanente absoluta del mismo para todo tipo de trabajo.

También se considera probado que el condenado, al no encontrar a su víctima, la buscó y se presentó en la localidad de Ataquines para preguntando por ella para tratar de localizarle y encontrarle a solas a fin de seguir exigiéndole dinero.

También por teléfono 

La búsqueda culminó en el mes de noviembre de 2017 cuando el acusado encontró al vendedor en dicha localidad y volvió a pedirle dinero y su número de teléfono, amenazándole con propinarle una paliza a él o a su padre si no lo hacía. El extorsionado, atemorizado, accedió a sus peticiones y le facilitó su teléfono.

De esta manera, el acusado, desde el teléfono, comenzó a realizar numerosas llamadas telefónicas al vendedor para exigirle la entrega de dinero y, al menos, desde el mes de noviembre de 2017 hasta el 4 de octubre de 2018, día anterior a la interposición de la denuncia, el extorsionador acudía semanalmente a Ataquines donde obtenía dinero de la víctima, siembre bajo amenazas.

Las cantidades que entregaba en esas fechas en las que se encontraba en Ataquines lo extraía principalmente del dinero que su padre tenía en el domicilio, sin conocimiento de éste, y en ocasiones de las cuentas en las que el vendedor figuraba como autorizado del Banco de Santander.

Se ha comprobado que en el periodo comprendido entre el 30 de agosto de 2018 hasta el 15 de diciembre de 2018 el acusado llamó un total de 83 veces al teléfono del denunciante, del que obtuvo de esta forma un total de 6.930 euros.