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Las cinco autopistas de Castilla y León cerraron 2020 con un tráfico medio equivalente al de hace más de 20 años

1 abril, 2021 18:08

J.A. / ICAL

Las cinco autopistas de peaje que recorren Castilla y León, principalmente en sus comunicaciones con Madrid y Asturias, inician esta Semana Santa de nuevo sin una elevada intensidad circulatoria, pues las restricciones a la movilidad, como el cierre perimetral de las comunidades, ha hecho que pierdan durante el año de la pandemia casi cuatro de cada diez usuarios y registren un volumen de tráfico propio de hace 20 años.

Ni siquiera la crisis de 2008 puso contra las cuerdas a las concesionarias, pues entonces la reducción de la circulación de vehículos no fue tan elevada. De hecho las principales autopista, la AP-6 que une Castilla y León y Madrid o la AP-66, que comunica León y el Principado- registran una intensidad media diaria no vista desde 1997 y 1998, respectivamente.

Los últimos datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana muestran los efectos del confinamiento hace un año, pero también de las restricciones de la segunda ola, puesto que el flujo de tráfico descendió de media un 37,5 por ciento en las vías de pago de la Comunidad durante 2020, frente al 31,5 por ciento de toda la red de peaje del país, que suma 1.894 kilómetros de longitud.

En los primeros meses de la pandemia, entre marzo y mayo, la intensidad media diaria del tráfico de las autopistas de Castilla y León cayó entre un 70 y un 80 por ciento, porcentaje que fue disminuyendo a medida que se acercaba el verano, en paralelo al primer plan de desescalada. El periodo estival, que supuso recuperar durante algunas semanas la nueva normalidad, no pudo compensar las caídas anteriores, pero tampoco las del otoño e invierno.

Todo ello hizo que el año acabara en números rojos para estas vías, puesto que incluso en diciembre, mes en el que se relajaron las medidas por el puente de la Constitución y la Inmaculada y la Navidad, no lograron recuperar el terreno positivo. En las cinco vías de la Comunidad la recta final de 2020 también fue negativa con con caídas cercanas al 40 por ciento, que en algunos casos llegó al 50 por ciento.

Igualmente, el tráfico pesado descendió en las cinco vías de peaje, pero en menor medida, ya que la caída fue del 17,2 por ciento. En concreto, la rebaja más abultada la anotó la AP-61, con un 25 por ciento menos, seguida de la AP-51, con una disminuci´n del 23,8 por ciento. Le siguieron la AP-6, con un 16,2 por ciento, la AP-71, con un 11,1 por ciento menos, y la AP-66, con un 9,9 por ciento menos.

Sin tráfico

La autopista AP-6, de Villalba a Adanero, que conecta Castilla y León y Madrid registró una intensidad media diaria de 18.624 vehículos durante el pasado año, un 38,85 por ciento menos que el ejercicio anterior. La segunda autopista con mayor tráfico de la Comunidad es la AP-66 o del Huerna, que une León y el Principado de Asturias en sus 77,7 kilómetros. Sumó 5.736 vehículos, que se redujeron un 32,33 por ciento.

Le siguen la AP-51, Ávila-Villacastín, con 5.066, un 41,82 por ciento menos y la AP-61 (Segovia-San Rafael), 27,6 kilómetros, que utilizaron 4.586 vehículos, un 39,65 por ciento menos que un año antes, lo que representa la segunda mayor caída en la Comunidad. La vía de peaje con menor volumen de tráfico es la AP-71, con 3.596 usuarios, que registró un descenso del 27,26 por ciento, la menor de todas ellas y por debajo del porcentaje nacional.

Pérdidas millonarias

La pérdida de usuarios tiene un impacto directo en la cuenta de resultados de las concesionarias de la Comunidad, entre las que destaca Abertis, grupo propietario de Iberpistas que gestiona la AP-6, la AP-61 y la AP-51, así como de Aulesa, sociedad titular de la AP-71. En conjunto perdió 392 millones de euros el pasado ejercicio frente a una ganancia de 352 millones durante el 2019, debido principalmente a la menor actividad por el impacto del Covid-19.

Las cuentas se encuentran lastradas por las restricciones a la movilidad impuestas en los diferentes países para evitar contagios por la pandemia y que provocaron una caída del 21 por ciento en el tráfico de las autopistas, muy inferior, en cualquier caso, al desplome cercano al 60 por ciento que habían acusado en los niveles mínimos del mes de mayo de 2020.