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Las universidades de León y Oviedo estudian proyectos conjuntos de investigación a través de los Fondos de Reactivación Económica

27 octubre, 2020 16:02

Miriam Badiola / ICAL

Las universidades de León y Oviedo estudian la posibilidad de desarrollar proyectos de investigación”, a través de los Fondos de Reactivación Económica de la Comunidad Europea específicos para materias primas y zonas mineras, según avanzó hoy el rector de la UniOvi, Santiago García Granda.

Así lo apuntó el rector de la institución ovetense tras reunirse en León con su homólogo en la ULE, Juan Francisco García Marín, en una cita que supuso “un paso importante” tras el que se iniciarán “proyectos conjuntos inmediatamente que se podrán realizar en los próximos meses”. Entre ellos, se encuentra la publicación de un libro sobre las Colonias Escolares, sobre las que la ULE acoge una exposición del proyecto de la Universidad de y para el que la ULE tuvo “una gran influencia y un gran protagonismo”.

Asimismo, ambas universidades estudian también “compartir instalaciones conjuntas como la que la Universidad de Oviedo tiene en Brañilín, en Valgrande Pajares”, para la que Santiago García Granda apuntó que se están planeando “cursos de extensión universitaria conjuntos”. A ello, se sumará la planificación de un curso que, según expuso Juan Francisco García Marín, “tendrá que ver con la globalización y China”, para lo que se aprovechará la presencia en León del Instituto Confucio.

Durante la reunión mantenida entre ambos rectores en la Universidad de León en el día de hoy, Santiago García Granda aseguró que se cumplió “la promesa que se hizo el 13 de diciembre de 2019 para entregar una réplica exacta del sillón del representante de la Universidad de León en la Universidad de Oviedo”, algo que “debe estar en ambas universidades por su historia común, que debe ser conservada como patrimonio”.

Por su parte, la Universidad de León entregó al rector de la de Oviedo el facsímil del Codex Biblicus Legionensis, a la que Juan Francisco García Marín se refirió como “la biblia de San Isidoro, de la que se hicieron reproducciones exactas de la original de 960 y que supone uno de los mejores ejemplos de manuscritos de la Edad Media”.