Castilla y León

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Sociedad

Los vándalos de los tejados de Zamora

13 octubre, 2020 11:12

Son rápidos. Nadie los ve, aunque sea en pleno centro de Zamora. Son los vándalos de los tejados. Los mal llamados 'grafiteros' (porque 'grafitero' son esos artistas que plasman verdaderas obras de arte en las paredes, sin estropear el mobiliario urbano y los edificios) actúan sin descanso en la noche zamorana y no solo en la periferia de la ciudad. 

Por poner un ejemplo, hace algo más de dos años que se llevó a cabo una renovación integral de Casa Andreu, edificio insignia del centro de Zamora y cuya bella estructura es la inevitable estampa que todo el que entra a la zona de La Marina, bien en coche o andando tiene que ver. Una de sus renovaciones fue, por supuesto, hacer desaparecer las horribles pintadas que en lo más alto de sus paredes, afeban el estilo modernista de Casa Andreu. Pues ni 24 horas tardaron estos vándalos de las alturas en volver a estampar su firma en los muros de esta obra arquitectónica. En pleno corazón de Zamora y a plena vista. 

Algo que se ha repetido solo unos metros más allá. En otro de los edificios rehabilitados de la zona, encima del supermercado Gadis. Misma historia. Una rehabilitación que le devuelve la buena imagen al centro de Zamora y a sus edificios más visibles. Pero ahí estaban de nuevo. Hasta cuatro pintadas afeando esta nueva vida a los edificios modernistas de La Marina y su proyecto para que allí se asienten empresas con una de las mejores vistas del centro de la capital.

Desgraciadamente no solo las alturas de Zamora sufren estos 'cerdos' del spray. Muchas son las denuncias de vecinos o grupos políticos de la situación similar que se vive en el camino que recorre la Plaza Mayor a la Catedral de Zamora y sus calles aledañas, donde los vándalos han ensuciado cada rincón de una de las rutas más seguidas por los turistas en la ciudad. Incluso estos 'graciosos' no han sabido respetar ni las obras de verdaderos grafiteros, que le daban una nueva vida a zonas como el Mirador del Troncoso, el cual también destrozaban en menos de un día. 

¿Y la solución a todo esto? Complicada sin duda. Las investigaciones de la identidad de los autores, a los que nadie ve se antojan difíciles. Llenar de cámaras la ciudad rompe con los derechos de los ciudadanos. Quizás la importancia de la concienciación desde las más tiernas edades y multas verdaderamente duras para los responsables cuando se conocen pueden ayudar a que estas mal llamadas 'firmas' dejen de ensuciar a la Perla del Duero.