“Te acercas a la Sierra de la Demanda por sus hermosos pinares y decides dar un paseo para respirar el oxígeno de los montes, pero a poco menos de un kilómetro desde el pueblo ves un animal, situado de una forma extraña y te preguntas qué hace un tejón en medio de la nada, en una zona abierta aunque rodeada de pinos. Al poco te percatas de que hay una cuerda extendida. Observas justo al lado una zona quemada, de unos treinta centímetros de diámetro; claramente han usado el fuego para obligarlo a salir de su madriguera. Seis o siete pasos más y ves que el pequeño animal sin vida tiene atada la cuerda, la que has comenzado a seguir, a una de sus patitas traseras. Te agachas y ves su mandíbula abierta y la cara desencajada”, asegura, en un significativo y alarmante relato una lectora de NoticiasCyL a este periódico. 

La mujer que se ha encontrado este animal muerto en la localidad burgalesa de Regumiel de la Sierra, y que nos ha facilitado las imágenes que a este escrito se adjuntan, añade que hace un mes “vio una cría de zorro con el cuello retorcido” y añade que “le ha impactado seriamente” lo que se ha encontrado en un paseo para relajarse, cuando ha regresado con el cuerpo cortado y sin saber qué pensar. 

“¿Tendrán en común la cría de zorro y este tejón el mismo artífice de un sufrimiento animal que refleja sadismo?, ¿o lo habrán hecho “solo unos críos” con la misma ausencia de sentimientos? Porque a estas alturas ya no sabes a qué edades comienzan a hacer estas cosas. La sociopatía comienza a edades tempranas”, se ha preguntado nuestra confidente. 

Imágenes muy duras de animales maniatados y sin vida en medio del campo que chocan y que hay que rechazar para que no se repitan en ninguna parte del mundo.