La presidenta del grupo municipal popular, Pilar del Olmo, ha lamentado que el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid haya votado en contra de sus propuestas en el pleno monográfico sobre la situación actual de la movilidad en la ciudad, ya que su objetivo era satisfacer un “clamor vecinal” tras las quejas por los atascos y el caos circulatorio.

“Nos hemos hecho eco de las reivindicaciones de los vecinos y hemos intentado que dieran marcha atrás en algunas de las barbaridades”, asegura del Olmo, que ha solicitado la supresión del carril bici de Isabel la Católica y la eliminación de los ciclocarriles o carriles bus de calles como López Gómez, Miguel Íscar, plaza de Poniente, Fuente Dorada y las prohibiciones de Cánovas del Castillo y Fray Luis de León, algunas de las zonas más conflictivas.

Del Olmo señala que han intentado el consenso con el PSOE “para hacer la vida más fácil a la gente de Valladolid”, pero no ha sido posible tras ser rechazadas todas las propuestas por el equipo de Gobierno, ante  la "sopa de números" que ha utilizado el alcalde Óscar Puente para justificar el plan de movilidad.

Los populares han criticado el giro que ha dado Valladolid en cuestión de meses, pasando de ser una ciudad "tranquila" en cuanto a la movilidad y "no conflictiva" hasta mediados de junio a "convertirla en una ratonera crispando a los ciudadanos y provocando el rechazo unánime de vecinos y empresarios del centro". "Nunca los atascos habían conseguido tantas opiniones negativas y portadas. Ni entrenándose todos los días lo hubieran hecho peor", ha reprochado al alcalde.

Entre los ejemplos que ha puesto Del Olmo para escenificar el caos circulatorio en la ciudad ha indicado que en recorrer 1,4 kilometros de Isabel la Católica se tardan ahora diez minutos cuando antes no eran más de tres. En atravesar la calle López Gómez cerca de 20 minutos, lo que se tarda de Valladolid a Palencia, o de San Juan a Parquesol más de 40 minutos, lo que tarda el AVE Valladolid-Segovia, así como los importantes embudos que se forman en la Bajada de la Libertad y Miguel Íscar.

La popular también se ha quejado de esta medida "mal planificada y nada dialogada", por no contar con la clase política, colectivos afectados, ni la participación ciudadana. Del Olmo ha arremetido contra Puente por tratar de justificar los cambios en la movilidad escudados en la pandemia y así "imponer su programa electoral".

Incluso, asegura Del Olmo, tampoco se está cumpliendo con otro de los fines de este plan, la reducción de contaminación, ya que "ha empeorado la calidad del aire de la estación de Poniente" y los autobues "llegan a menos gente".

Los demás partidos de la oposición, como Vox, han expresado que Valladolid "está dejando de ser una ciudad amable para trabajar, vivir y disfrutar y se está convirtiendo en una ciudad atascada. Las ocurrencias de eliminar carriles está axfisiando la actividad económica y está provocando que las familias huyan donde el Ayuntamiento no les complique la vida", al tiempo que ha lamentado que acceder al centro se haya convertido en un "gymkana". 

También Ciudadanos se ha mostrado crítico con las consecuencias de este plan, ya que considera que "son las necesidades no las personas las que determinan la movilidad". Además, lamenta que se pida a los ciudadanos que renuncien a determinadas formas de movilidad y apuesta por que las políticas de movilidad sean "con y para la ciudad, no contra la ciudad".

Por contra, el equipo de Gobierno, con el alcalde a la cabeza y Valladolid Toma la Palabra, ha defendido el plan puesto en marcha para lograr una transformación urbana que mira a 2030 o más allá. El alcalde, Óscar Puente, ha invitado a la oposición a que se sumen a las medidas "en la línea de lo que los tiempos marcan", porque, insiste, "hay que conducir con las luces largas puestas".