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Medio Ambiente extrae los peces de la desembocadura del Eresma en el embalse de El Pontón Alto ante la proliferación de cinobacterias

24 agosto, 2020 12:06

El rápido crecimiento y acumulación de algas puede impedir la oxigenación de las aguas, lo que afecta a la fauna piscícola de la zona. Ante el riego que esto supone para las truchas, el Servicio Territorial de Medio Ambiente procedió al traslado de los peces a otros puntos más seguros del río. En la actualidad, las aguas ya se encuentra en buen estado y libres de estas bacterias.

A principios del mes de agosto, el Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León detectó un notable aumento de algas en la desembocadura del río Eresma con el embalse de El Pontón Alto. Ante esta situación, los trabajadores de Medio Ambiente trasladaron a la población de peces que allí se encontraban a otras zonas del río. A la par, los trabajadores llevaron a cabo una extracción de una muestra representativa de ictiofauna para comprobar el estado de los peces.

El 3 de agosto, la Confederación Hidrográfica del Duero alertó al Servicio Territorial de Medio Ambiente de la existencia de este crecimiento rápido y acumulado de algas en la desembocadura del río Eresma con el embalse El Pontón Alto. La acumulación de algas puede provocar la creación de cinobacterias, organismos que pueden restringir la penetración de la luz solar y limitar la producción de oxígeno en el agua, lo que afecta a la fauna piscícola. Las cinobacterias también son conocidas como algas azules-verdes, ya que su proliferación puede teñir el agua de verde.

Al día siguiente tras recibir el aviso, los agentes medioambientales se trasladaron al lugar, donde ratificaron la presencia de dichas algas en el agua. También observaron una alta concentración de truchas en la zona, debido a que se había localizado una barrera de origen atrópico que impedía el remonte de los peces agua arriba. Ambas situaciones hicieron que se conviniera a la movilización de ejemplares de truchas a masas de agua más seguras para la fauna.

Así, el 11 de agosto, se desplazaron al lugar con un equipo de pesca eléctrica del Servicio Territorial de Medio Ambiente, formado por cinco agentes medioambientales, un celador de Medio Ambiente y un técnico de la Sección de Caza y Pesca, con el objetivo de trasladar a los peces a puntos más seguros del río. También se procedió a la recogida de una muestra ictícola. Los peces de la muestra indicaban, afortunadamente, un buen estado, sin detectar ejemplares muertos.

Durante el periodo estival, las altas temperaturas reducen la movilidad de las truchas. Esto conlleva que, como medida preventiva ante un posible impacto sobre la biomasa piscícola, se suela ejecutar la extracción de los peces a través de pesca eléctrica para trasladarlos a un punto cercano donde el agua cuente con mejores condiciones.

El personal del Servicio Territorial de Medio Ambiente de Segovia evaluó posteriormente la lámina de agua para observar la evolución de este episodio de proliferación de algas. Actualmente, los resultados obtenidos son positivos y se ha comprobado que la ‘bacteria-alga’ ya ha desaparecido y el agua se encuentra en óptimo estado.