Más de 800 personas, según la organización, han secundado la concentración convocada por la plataforma Pisoraca y Comarcas Vivas en Aguilar de Campoo (Palencia) y dónde vecinos de la localidad y municipios próximos han mostrado el "gran descontento" con el equipo de Gobierno del Ayuntamiento por "negarse" a crear una ordenanza de vertido de purines.

En la concentración se recogieron aproximadamente 350 firmas más contra este proyecto productivo que tiene "muy poco que ver" con los modelos sostenibles que desde la Unión Europea quieren que se implante en todos los países miembros, debido al "alto grado" de contaminación tanto de la atmósfera como de las aguas subterráneas, informan desde la plataforma a través de un comunicado remitido a Europa Press.

Los miembros del colectivo leyeron un comunicado donde manifestaban cuales eran las contrapartidas a los "escasos" puestos de trabajo que se van a crear por granja.

Esas contrapartidas, engloban, han denunciado, la contaminación del suelo, de las aguas, de la atmósfera, zoonosis, prohibición del uso de agua tanto para comer, para cocinar o para los usos de aseo diario, mal olor, plagas de ratas y residuos provenientes del uso indiscriminado de antibióticos, entre otras.

Además, los miembros de la plataforma han lamentado que la Junta de Castilla y León defienda este tipo de proyectos cuando el Tribunal Supremo le obliga a elaborar planes para reducir emisiones nocivas en la región, "tras media década de excusas administrativas".

"Tampoco se puede entender como la Diputación de Palencia en un pleno el 25 de junio dan apoyo a los Objetivos de Desarrollo en la Agenda de 2030 que defiende un medio ambiente saludable. ¿Y cómo se puede hacer compatible todas esas buenas intenciones que han apoyado desde Diputación y al mismo tiempo no cuestionar 14 macrogranjas industriales promovidas por una única empresa que viene rebotada de otros sitios?", cuestionaban.

Además, también han critcado al secretario de Asaja José Antonio Turrado al sostener que se trata de un "gran negocio". "Está demostrado que en las poblaciones donde se han instaurado este tipo de industria fabril la gran parte de los negocios existentes a los pocos años se han visto obligadas a cerrar debido a la pérdida de población que la instalación de estas macrogranjas ha provocado, ya que nadie quiere vivir, venir de vacaciones o simplemente hacer turismo en un lugar donde no se puede usar el agua ni siquiera para lavar los platos", concluyen.