Con un presupuesto global de adjudicación superior a los 560.000 euros, esta iniciativa está enmarcada en la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI) Tormes+, que en total cuenta con un presupuesto de cerca de 19 millones de euros, cofinanciados por los fondos FEDER y el Ayuntamiento de Salamanca gracias a las políticas de cohesión de la Unión Europea para propiciar la regeneración urbana, medioambiental y socioeconómica de los barrios trastormesinos.

De hecho, se está aprovechando agosto, cuando se ha suspendido el tráfico ferroviario hasta Fuentes de Oñoro para el izado y la colocación de la pasarela metálica tras la ejecución de los estribos y los muros de la rampa de acceso. 

Con una inversión de 307.000 euros, se dará continuidad a las aceras de la calle, pues el puente existente es apto para el tráfico de vehículos pero supone una limitación total para el paso de peatones. La estructura, fabricada con unos materiales que mejoran su duración e impiden la acumulación de agua, es independiente para peatones y ciclistas a través de una pasarela metálica de 4,30 metros de anchura y una longitud de 25 metros en un único vano, rematada con barreras de seguridad y barandillas.

A mayores, el alumbrado público se reforzará con luminarias con tecnología led para favorecer la eficiencia energética, dentro del compromiso municipal por el respeto al medio ambiente y por hacer de Salamanca una ciudad a la vanguardia de la lucha contra el cambio climático.

Por su parte, la ampliación del paso sobre el ferrocarril en la calle Avena, con una inversión de 253.495,93 euros, ha iniciado sus primeros trabajos para ampliar el paso actual hasta 12,45 metros, con una calzada de dos carriles de 3 metros, acera izquierda de 1,30 metros, acera derecha de 1,80 metros y dos carriles bici de 2,05 metros.

En concreto, se ejecutarán unos vuelos asimétricos de anchos variables de la estructura existente, que permiten una transición suave del trazado, lo que mejorará la conexión entre Chamberí y el resto de la ciudad. De esta forma, se eliminará el actual cuello de botella para el paso de vehículos y se mejorarán las condiciones de accesibilidad para los peatones, pues estarán separados de vehículos y bicicletas por un bordillo, dando continuidad a las calles de acceso. Todo ello, al igual que en el paso de San Ildefonso, con alumbrado público, barreras de seguridad y barandillas.