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Un método, con acento vallisoletano, para estimar de forma sencilla el tiempo necesario para evacuar un edificio

31 julio, 2020 15:03

FUENTE: DICYT

El tiempo necesario para evacuar un edificio depende de muchos factores. Algunos están relacionados con el comportamiento de las personas, mientras que otros están asociados con las características físicas del propio edificio. A partir de datos recogidos en simulacros realizados en edificios de la Universidad de Valladolid (UVa), los investigadores Maria D. Miñambres, Diego R. Llanos y Angel M. Gento han diseñado un método que permite estimar, de forma más sencilla, el tiempo de evacuación preciso, lo que en último término puede ayudar a salvar vidas. El trabajo se ha publicado en ‘PLOS One’.


Esta línea de investigación surge en el marco de los proyectos PERIL y PERIL II (siglas en inglés de Prevention of Emergency Risks by Indoor Localization), financiados por la Consejería de Empleo de la Junta de Castilla y León con el objetivo de avanzar en la prevención de riesgos laborales a través del estudio de los mecanismos que intervienen en la evacuación de edificios.


“Tras 20 años realizando simulacros y planes de evacuación, María, que trabaja en el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la UVa, contempló la posibilidad de investigar para mejorar principalmente en dos líneas: una la que es objeto de esta publicación, y otra a través de la aplicación de tecnologías 4.0 como la localización en interiores”, explica el equipo a DiCYT. Así, propuso la idea a Diego R. Llanos y Angel M. Gento, ambos profesores de la UVa que investigan en campos relacionados, y los tres comenzaron a colaborar en 2016.


Para poder comparar y mejorar los simulacros de evacuación de los edificios de la UVa año tras año, se había implantado un sistema de recopilación de datos que permitía realizar seguimiento, análisis y comparación.


A partir de estos datos, los investigadores compararon los simulacros de evacuación de diferentes edificios, diferenciando la dificultad de evacuación de cada uno de ellos ligada, por un lado, al propio edificio y, por otro, al factor humano, a la conducta de sus ocupantes. “Con base a esa comparación, tanto entre diferentes simulacros del mismo edificio y como entre diferentes edificios, se puede determinar si es mejor invertir en infraestructura del edificio o si es mejor invertir en cultura preventiva para modificar la conducta de sus ocupantes”, detallan los investigadores.


Análisis de 47 simulacros


En concreto, analizaron 47 simulacros en 15 edificios diferentes. El equipo observó que se podían caracterizar los edificios con un número relacionado con características que directamente influyen en la evacuación del mismo, únicamente asociadas a su estructura. Una vez calculado ese número para cada edificio, realizaron un estudio estadístico que permitió obtener información sobre la conducta de los participantes en las diferentes evacuaciones.


“Con todo ello se puede saber que si el tiempo estimado es más corto que el medido, la gente evacuada se comporta peor que la gente del resto de edificios y es recomendable intentar influir en su conducta para mejorar el tiempo de evacuación; mientras que si el tiempo medido es más breve que el estimado, la gente se ha comportado mejor que en el resto de edificios, y si se quiere reducir el tiempo de evacuación hay que considerar invertir en infraestructura que la facilite”, explican.


Un planteamiento novedoso


El planteamiento de este estudio es totalmente novedoso dentro del campo de la investigación de las emergencias y los simulacros. Una de las aportaciones más interesantes es que el sistema implementado permite estimar el tiempo de evacuación para edificios de características similares a los estudiados, sin necesidad de realizar grandes inversiones en modelos computacionales.


“Estos modelos son mucho más elaborados y ofrecen muchas más posibilidades, pero suponen una inversión muy superior en recursos y en tiempo. Nuestra propuesta es abierta y requiere todavía de más estudio, desde otras tipologías de edificios, así que invitamos a otros investigadores y profesionales a que la amplíen”, concluyen.