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Salamanca contará con un centro de protección para animales abandonados desde finales de 2020

11 junio, 2020 14:45

El Ayuntamiento de Salamanca ha iniciado los trámites para levantar en una finca próxima al Centro de Transportes y Mercasalamanca las dependencias que servirán de centro de protección para perros y gatos abandonados.

Según ha explicado la concejal responsable del área de bienestar animal, Ana Suárez, la idea es que, una vez ha pasado este jueves por la Comisión de Bienestar Social, siga el resto de trámites como licitación para que, con un plazo de ejecución de cuatro meses, sea una realidad a finales del presente año o comienzos del próximo.

Suárez ha explicado que la finca tiene una superficie de 256.000 metros cuadrados aunque el propósito es ahora construir la primera fase, con un presupuesto de 217.905 euros, para contar con el vallado de 2.600 metros cuadrados, donde estará un módulo de 300 metros cuadrados para perros y gatos, una zona pavimentada de esparcimiento de 660 metros cuadrados, y otros 1.800 de terreno natural, además de almacenes, lavadero o seis estancias de hospitalización.

En esta primera parte, el Consistorio contempla espacio para 30 canes, además de otra zona para gatos, y luego la idea es poder aumentar los módulos hasta contar con sitio para 80 perros y 40 gatos, con posibilidad de más si fuera necesario.

No obstante, Ana Suárez ha mostrado el interés por promover la adopción para que el número de animales que vuelvan a tener un hogar propio sea el más alto posible dentro de una ciudad, en la que el año pasado se abandonaron unos 250 animales, de ellos 170 perros y el resto gatos, según los datos de la empresa que presta el servicio municipal.

Para evitar molestias a vecinos, el Consistorio se ha decantado por esa parcela y contempla también medidas como levantamiento de tierras para evitar ruidos molestos en la zona; además, de forma paralela a la licitación, trabajará para tener a la empresa adjudicataria del servicio con personal formado antes de que puedan abrirse las puertas.

Se trata, según Ana Suárez, de "un paso muy necesario" en la atención a los animales en la ciudad y que irá más allá "del edificio" con medidas, por ejemplo, para incrementar las adopciones responsables o para evitar abandonos.