Agentes de la Policía Nacional han detenido en Burgos a un hombre de 57 años, que responde a las iniciales F.F.M.D, con numerosos antecedentes, como autor de multitud de delitos contra el patrimonio, esencialmente robos con fuerza en las cosas.

La detención se ha producido en el marco de la 'Operación Urraca', iniciada a finales de 2018 con el objetivo de observar el estudio delincuencial de la capital burgalesa y su alfoz ante el incremento de robos perpetrados, según ha señalado este martes el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, a través de una videoconferencia.

Los robos se perpetraban con fuerza en las cosas, fundamentalmente en viviendas unifamiliares, segundas residencias, merenderos y fincas rurales apartadas del núcleo urbano, concretamente en las inmediaciones de los barrios de Villatoro, Villímar y Castañares, aunque algunos habían tenido lugar en otras localidades próximas a la capital.

Todos los robos presentaban un patrón común de ejecución en su comisión, ya que se realizaban de noche y el ladrón accedía a los inmuebles burlando los sistemas de seguridad de los mismo, utilizando palanquetas y llaves de uña, forzando ventanas y cortando candados, incluso en algunas ocasiones procedía a cortar la valla metálica que delimitaba el perímetro de las mismas para acceder a su interior.

En otras, accedía a las viviendas escalando por las fachadas, lo que inicialmente llevó a pensar a los investigadores que pudiera tratarse de alguien más joven, y en la mayoría de los hechos denunciados, los perjudicados relataban que el autor había consumido bebidas o tabaco en el interior.

A medida que la investigación avanzaba, este tipo de hechos delictivos se fueron intercalando con la comisión de robos con fuerza en interior de vehículos, así como en naves industriales y talleres mecánicos.

ANTECEDENTES

Las investigaciones se ciñeron en torno a un hombre que fue detenido en agosto de 2005, al cual se le imputaron en aquella ocasión más de 50 robos en el interior de domicilio, interviniendo en los registros practicados, gran cantidad de efectos de todo tipo, innumerables joyas y más de 114.000 euros en efectivo.

Se constató que esta persona había permanecido en prisión hasta finales del año 2017, fijando su residencia a comienzos del año 2018 en barrio periférico de la ciudad de Burgos, momento coincidente a partir del cual comenzó este incremento significativo en los robos con fuerza expuestos.

El pasado 27 de mayo, después de constatar el lugar final de ocultación de los efectos sustraídos, el hombre fue detenido.

La operación desarrollada ha permitido vincularle a más de una treintena de robos y se han podido recuperar numerosas joyas, aparatos electrónicos, armas, gafas de sol, figuras decorativas y otros enseres sustraídos, así como un patinete valorado en 1.600 euros y varias bicicletas a alta gama, una de las cuales valorada en casi 4.000 euros.