Castilla y León

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Zamora

Dos peluquerías se niegan a atender a trabajadoras de una residencia de la provincia de Zamora

1 junio, 2020 17:44

Poco a poco España y, por supuesto, Zamora va dando pasos hacía la conocida como 'nueva normalidad'. Las fases de la desescalada van avanzando y las medidas de alivio cada día son más amplias. Una de las primeras en producirse fue la apertura de ciertos negocios y, entre ellos, uno de los más demandados: las peluquerías.

Tintes, cortes, arreglos, etc. Muchos zamoranos y zamoranas buscaban el reencuentro con las manos expertas de sus estilistas y las listas de espera en las peluquerías de la provincia comenzaban a engordar. Estos establecimientos afrontaban su vuelta con todas las medidas sanitarias necesarias e incluso, muchas de ellas adaptaban sus locales a esta nueva situación. El miedo al contagio sigue ahí y parece que más latente e, incluso, excluyente de lo que pensamos.

Y es que, si a mitad de la pandemia algunos sanitarios tenían que enfretarse con notas anónimas en sus portales 'animando' a que no volvieran a casa durante la pandemia, para no contagiar a sus vecinos, algo parecido han tenido que vivir dos trabajadoras de la residencia mixta 'Los Valles de Benavente'. Según ha corrido por las redes sociales y se han hecho eco ya varios medios nacionales, una trabajadoras de Los Valles contactaba por Whatsapp con su peluquera habitual para solicitar una cita en su establecimiento. Tras varias evasivas y excusas, la responsable de la peluquería daba cita a esta mujer para el 8 de mayo. 

Una visita que nunca llegaría a producirse ya que dicha peluquera preguntaba a su hasta entonces clienta si seguía trabajando en Los Valles. Una respuesta afirmativa de la trabajadora, que obtenía como respuesta: "Pues entonces es mejor que no vengas. No puedo arriesgarme a un contagio siendo la residencia un foco grande de infección". De poco sirvió que la mujer explicara que ella había pasado un test serológico, ya que la peluquera no lo consideraba suficiente prueba de seguridad sanitaria alegando que "no son fiables". Apoyada en su derecho de admisión, la peluquera cancelaba definitivamente la cita con la trabajadora sanitaria. 

Una circunstancia similar vivía otra trabajadora de este mismo centro, de la cual no han trascendido más detalles de los problemas para volver a su peluquería habitual, pero que tampoco pudo concertar una cita para ser atendida. Afortunadamente, ambas dos conseguían finalmente ser atendidas en otros establecimientos de la ciudad sin mayores inconvenientes.