Opinión

¿Quién va a invertir en España?

30 mayo, 2020 17:52

En esta época de coronavirus hay muchísimos más gastos que dinero posible para afrontarlos. ¿Quién va, pues, a invertir en España para reactivar nuestra economía?

De entrada, lo hará la Unión Europea, con un gigantesco paquete de fondos públicos que, no obstante, están condicionados a su finalidad y a sus resultados. Pero hace falta el otro dinero, el de los inversores privados que aprecien la legítima oportunidad de hacerlo rentable. Y ahí está la madre del cordero: ¿Es España el mejor país para invertir capital en este contexto generalizado de problemas?

Mucho nos tememos que no. Incluso se está produciendo el fenómeno contrario, como el cierre de las fábricas catalanas de Nissan y de la planta de Alcoa en Lugo, que no por ser puntuales dejan de ser menos preocupantes. Y más aún cuando desde el sector comunista del Gobierno proponen para éstos y futuros problemas de desinversión por pérdidas el nacionalizar las empresas deficitarias. ¡Todo un estímulo para futuros inversores!

No es el actual el mejor panorama para atraer el imprescindible capital exterior que salve empleos y sueldos de nuestros trabajadores. Todos los anuncios de este Gobierno, por contradictorios que sean, van en la línea de subida de impuestos, aumento de gastos de difícil control, desregulación (y hasta destrucción) de normativa laboral.

Con ser esto grave, que lo es, se produce en el contexto del único Gobierno europeo con comunistas en su seno, con convulsión interesada de sus instituciones, desde la Monarquía hasta la Guardia Civil, pasando por la independencia del poder judicial, el control parlamentario del Gobierno, la separación de poderes democráticos, la puesta en cuestión de derechos elementales, etcétera, etcétera.

Si esto no preocupa a los inversores internacionales, ya me dirán qué. Para arreglarlo del todo, ese bombero pirómano que es el vicepresidente Iglesias acusa al tercer partido de España de “querer dar un golpe de Estado”. O sea, que según él estamos pendientes de un alambre y que todo puede acabar como el rosario de la aurora.

¿Quién invertiría así un duro en este país?