Castilla y León

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Sanidad

Sacyl confirma que la hidroxicloroquina provocaba problemas en el corazón a pacientes de COVID-19

29 mayo, 2020 09:46

El 85,7 por ciento de los pacientes hospitalizados en España por Covid-19, la enfermedad que provoca el nuevo coronavirus, ha recibido hidroxicloroquina, según el estudio 'Clinical characteristics of patients hospitalized with COVID-19 in Spain: results from the SEMICOVID-19 Network', elaborado por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y publicado en la plataforma 'medRxiv'.

En Francia, se ha prohibido su uso para tratar a pacientes infectados con el nuevo coronavirus, después de la publicación de un estudio que avisa de los posibles efectos adversos de este fármaco, derivado de un medicamento contra la malaria. Según el estudio, publicado por la revista científica 'The Lancet' y elaborado tras analizar a unas 96.000 personas, este tratamiento utilizado hasta ahora contra la malaria está relacionado con un mayor riesgo de muerte y enfermedades cardiacas, lo que desaconsejaría su uso. Mientras, la OMS anunció el lunes la suspensión de los ensayos clínicos.

En Castilla y León, la hidroxicloroquina también ha sido utilizada en el tratamiento de pacientes de COVID-19, de igual forma que en el resto de España. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha explicado que la Junta de Castilla y León compró un buen número de electrocardiógrafos portátiles -250 para ser más concretos- para “si en algún momento se consideraba oportuno utilizar este medicamento en las COVID residencias o en cualquier otro de nuestros dispositivos, se hiciera un electro, porque lo que sí que se ha visto es que podía haber un aumento de la mortalidad cardiaca por una alteración en la conducción del corazón”.

Precisamente, son estas complicaciones las que, con el paso del tiempo, han puesto en cuarentena el uso de este medicamento por su potencial riesgo de muerte.

“Es un gran medicamento, pero con limitaciones y efectos secundarios”, reconoce Casado, si bien apunta que “es demasiado pronto como para llevarlo a los altares o demonizarle. No hay datos lo suficientemente concluyentes como para descartarlo como para que sea una opción”.

Y es que, como explica Casado, “cuando aparece una enfermedad como esta, tan nueva, que se desconoce totalmente, se empiezan a utilizar muchos medicamentos”. Uno de ellos, la hidroxicloroquina, pero también otros, como antivirales, medicamentos para el sida, antibióticos, “y han ido bien. Algunos médicos reportan éxito, tanto es así, que en un momento determinado desde los grupos de expertos nos decían por qué no se extendía más su uso y se utilizaba más, porque daba la sensación de que podría prevenir aquellos casos en los que, no sabemos por qué, se dispara una tormenta dentro de los pulmones y se produce un auténtico desastre”. “Lo cierto es que está ahora mismo cuestionada, los trabajos que lo soportan, tanto los que decían que era la solución como los que dicen que es perjudicial, todavía no son datos absolutamente concluyentes”.