Comisiones Obreras ha presentado un informe sobre la incidencia de contagios por COVID-19 entre el personal de Sacyl y sus posibles causas del que se desprende que la probabilidad de contagio entre estos trabajadores es nueve veces mayor que en la población general, a pesar de disponer de equipos de protección individual (EPI), según las autoridades sanitarias.

El sindicato, en un comunicado recogido por Europa Press, toma como ejemplo la provincia de Valladolid, que presenta una incidencia entre profesionales del 4,94 por ciento mientras que para la población general se sitúa en el 0,65 por ciento, aunque en su informe recoge datos de todas las provincias.

"Parece que algo falla cuando los profesionales del Sayl en Valladolid, ya disponen o debieran disponer de equipos de protección. La escasez de EPI es un factor determinante, pero los datos no sólo se pueden atribuir a la falta de EPI inicial", ha señalado.

Así, el sindicato ha afirmado que se observan "graves errores" en la aplicación de los principios básicos de la acción preventiva y ha aseverado que le consta que no se están valorando "adecuadamente" los escenarios de riesgo, por lo que "no se garantiza la adopción de medidas que técnicamente debieran establecerse".

Al contrario, ha incidido el sindicato, "se están utilizando los escenarios de riesgo como compartimentos estancos, como un sistema de clasificación cerrada, que determina a priori las medidas a adoptar".

A su juicio, "en ningún caso" este procedimiento debe convertirse en una herramienta sustitutiva del verdadero trabajo técnico exigible a Sacyl.

CCOO ha reiterado que los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales de Sacyl ya resultaban insuficientes antes de declararse la pandemia y cumplían con las ratio "mínimas" exigidos por la normativa para cubrir expediente, "por lo que la crisis los sobrepasó".

FORMACIÓN "INADECUADA"
El sindicato ha recordado que ya habían advertido a la Dirección General de Profesionales de la necesidad de implementar sobre todo el Área Técnica, pero sin resultados, lo que ha asegurado que esto supuso que la formación para los trabajadores en relación a la COVID-19 "no fuera la adecuada".

Así, ha explicado que solventaron la situación con "cursos" rápidos, colectivos, desoyendo la Ley de Prevención de Riesgos Laborales donde se recoge que "la formación debe ser teórica, práctica y suficiente..." e incluso ha afirmado que "algunos colectivos ni siquiera tuvieron acceso a ella".

Comisiones ha señalado que algunos mandos intermedios, los responsables directos de la aplicación de los protocolos, "en más ocasiones de las deseadas" y según reportan los propios trabajadores, "no realizan una gestión y organización óptimas en materia de prevención de riesgos laborales".

En la misma línea, el sindicato ha añadido que "falta formación, desconocimiento de procedimientos, dolo o simplemente inobservancia" y además no ve "entendible" que, según las recomendaciones de Sacyl de uso de EPI, "en las zonas de tránsito no se requiere equipo de protección".

Comisiones ha asegurado que CCOO ha comunicado todas las incidencias que han constatado "en una actitud responsable y colaboradora" obviando que resulta "muy difícil" mantener las distancias de seguridad en los hospitales y centros de salud, con salas pequeñas, pasillos, ascensores, zonas comunes, vestuarios, etcétera.

"Pero lejos de aceptar la colaboración y cumplir con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, lo único que hemos conseguido es el silencio y en algún caso, la actitud prepotente de esta Administración", ha agregado CCOO, que ha añadido que les han obligado a acudir a la denuncia pública y a la Inspección de Trabajo.

En cuanto a los colectivos profesionales más afectados en Valladolid, el sindicato ha explicado que son, por este orden, enfermeras, médicos y TCAEs (profesionales sanitarios con el título de Grado Medio en Cuidados Auxiliares de Enfermería), aunque debe tenerse en cuenta que los datos de casos positivos proceden de los facilitados por la Junta en su web, en las que únicamente figuran los casos con prueba realizada y positiva, sin contabilizarse aquellos casos "sospechosos" a los que no se ha realizado test alguno.