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EXCLUSIVA | La madre de Raúl Calvo, absuelto por el Caso Arandina, rompe su silencio tras la sentencia

29 marzo, 2020 10:53

Una mujer que se ha mantenido en silencio, lejos del foco mediático, pero muy cerca siempre de su hijo, del que jamás ha dudado ni un solo segundo y por el que se ha mantenido en pie de guerra.

Sagrario Hernández, la madre del zamorano Raúl Calvo, el ex jugador de la Arandina que fue acusado de agresión sexual y condenado inicialmente a 38 años de cárcel para finalmente ser absuelto por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León rompe su silencio y nos abre su corazón, ese corazón fuerte ante unas circunstancias que jamás imaginó.

P.- ¿Cómo has vivido este largo camino de dos años y medio?


R.- La vida nos cambió de la noche a la mañana de una forma brutal, pero siempre hemos sido positivos y siempre recuerdo las palabras de mi marido cuando acompañamos a Raúl a la prisión: “Tarde o temprano vas a abrazar a tu hijo”.

Esto no es lo más grave que te puede pasar en la vida pero es duro, a tu hijo lo han denunciado por algo que no ha hecho y lo que es peor, por una de las peores cosas por las que se puede denunciar a un hombre.

Pero hemos sido una piña, la familia nos ha apoyado psicológica y económicamente desde el primer momento, hemos recibido mucho apoyo en La Bóveda de Toro, nuestro pueblo, de pueblos de alrededor y de la sociedad en general aunque este último año el caso ha estado muy politizado.

P.- ¿Qué sentiste en el momento en el que conociste la libre absolución de tu hijo?


R.- En dos años y medio no he llorado, tenía que ser fuerte por él, por todos, y la familia tenía el ejemplo en nosotros, si nosotros nos derrumbábamos los demás también.

Pero llegó ese momento y lloré durante todo el día, un llanto de desahogo, de tranquilidad y después me quedé en las nubes.

El primer día fue alucinante pero vuelves a poner los pies en la tierra y tienes una sensación agridulce porque los dos compañeros no están en la misma situación  y además tenemos que ser cautos porque irán al Tribunal Supremo y también recurrirán la sentencia de Raúl, todavía queda un duro camino por recorrer.

P.- ¿Crees que la repercusión mediática y los graves hechos por los que fue acusado tu hijo tendrán repercusión en un futuro?


R.- Él está muy tranquilo, es un orgullo cómo lo ha llevado: estudia, juega al fútbol… No tengo miedo a que quede tachado porque hemos visto mucho apoyo por parte de mucha gente que le ha creído desde el principio.

Él ha tenido una conducta intachable y se ha echado mucho a la espalda para que no lo viéramos sufrir, no nos ha dejado caer en ningún momento.

P.- El caso ha estado constantemente en boca de la opinión pública, ¿cómo afecta eso?


R.- Los primeros meses nos machacó mucho, la gente habla sin saber. Ver que a tu hijo lo llaman de todo es muy duro y no se lo deseo ni a mi peor enemigo pero hay muchas cosas peores en la vida.

Luego pararon de hablar porque se dieron cuenta de que este caso no era como otros que en esos momentos estaban de actualidad y la sociedad nos está llevando a una deriva que no es normal. Hay hombres buenos y hombres malos, mujeres buenas y mujeres malas, y cuando un hombre le hace daño a una mujer yo le apoyo, pobrecita, y lo rechazo porque hay muchas mujeres maltratadas, pero también hay otras que se valen de las leyes para machacar la vida a un hombre, y reitero que siempre hay mujeres y hombres buenos y malos.

P.- Las feministas están organizando una recogida de firmas para protestar contra la sentencia, ¿qué opinas al respecto?


R.- Simplemente que durante este tiempo ha habido mucha gente que no ha ido a defender a la supuesta víctima, sino a provocar a otra gente.

P.- ¿Cómo se encuentra tu hijo en estos momentos?


R.- Confinado, como todo el mundo (ríe). Está contento, él sabía que en algún momento esto tenía que cambiar y no tenía que haber llegado ni a juicio.

Sagrario vuelve a ver el mundo de otro color aunque sabe que todavía queda camino por recorrer para poner fin a este, uno de los episodios más tristes de su vida que, como todo, también le ha hecho aprender y fortalecerse.