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ENTREVISTA | Un vallisoletano en lucha contra el coronavirus en Laredo: “Será un largo camino pero habrá luz al final del túnel”

21 marzo, 2020 09:13

Los balcones se llenan de aplausos cada noche. Todo para agradecer la importante labor que están realizando los profesionales sanitarios en esta guerra que se está librando a base de batallas diarias con el fin de que la dichosa curva deje de ascender en lo que al número de contagiados y, sobre todo, fallecidos se refiere. Aunque la guerra de guerrillas promete ser larga aún.

NoticiasCyL charla con Daniel Fernández Fernández, un vallisoletano de 30 años, enfermero de urgencias en el Hospital Comarcal de Laredo, en Cantabria, que nos cuenta cómo están siendo estos días duros para él. Duros por el constante esfuerzo y por el hecho de tener a su familia a unos cuantos kilómetros de distancia.

Pregunta. ¿Cómo está viviendo un vallisoletano como usted esta crisis lejos de su casa y de los suyos?

Respuesta. Imagino que como cualquier persona a la que le pille una situación como esta lejos de casa. Es complicado. El día a día en un Estado de Emergencia como en el que nos encontramos no es fácil para nadie, pero creo que es más complicado cuando no tienes a tu familia cerca, y un poco más aún cuando vives solo como es mi caso. Se echa de menos el contacto humano fuera del ámbito laboral. Poder charlar con alguien cara a cara, o ver una película acompañado… creo que los detalles más insignificantes son los que más se echan en falta.


P. ¿Sigue la actualidad en Castilla y León en general y en Valladolid en particular dónde los casos aumentan día a día?

No vamos a negar que estamos ante una situación complicada, eso es evidente, pero si encima la agravamos con noticias que no tienen que ver con la realidad, empeora todo

R. Sigo la actualidad de cómo evoluciona el día a día en toda España, aunque intento echar un vistazo rápido. La verdad es que me preocupo más de hablar con mis compañeros que están repartidos por varios hospitales y centros de salud de España para que ellos me cuenten cómo están llevando el día a día, comparamos la manera de proceder en cada hospital, ponemos cosas en común, y nos enteramos de primera mano de cómo son las situaciones reales. Hay que tener mucho cuidado con esto último. En estas semanas han aparecido infinidad de audios, mensajes por redes sociales y noticias falsas que provocan más alarma de la que ya tenemos.

No vamos a negar que estamos ante una situación complicada, eso es evidente, pero si encima la agravamos con noticias que no tienen que ver con la realidad, empeora todo... No solo por la situación general de la gente, si no por las familias de los profesionales que están día a día en el frente de batalla.

                                                     Daniel Fernández Fernández


P. ¿Cómo es su día a día?

R. Pues la verdad que esto te lo puedo resumir fácilmente. De casa al trabajo y del trabajo a casa. En el tiempo de “ocio” intento evadirme un poco del mundo, aprovecho a leer, cocinar, ver alguna serie y hacer las tareas de casa mientras escucho música y doy un mini concierto a mis vecinos (tienen que estar aburridos de mi). Por lo demás, estoy aprendiendo a desconectar mucho de las redes sociales estos días porque el tema principal de conversación todos sabemos cuál es, y los que nos dedicamos a la Sanidad necesitamos desconectar un poco de ello cuando llegamos a casa.

También paso alguna hora que otra al teléfono, haciendo llamadas o vídeollamadas con amigos y familia. Así les notas un poco más cerca. 

P. ¿Cuál es su labor?


R. Soy enfermero de urgencias en el Hospital Comarcal de Laredo desde hace dos años. Nuestra labor es muy variada, desde clasificar a los pacientes que vienen en función de la patología y la gravedad en el puesto de triaje (de esto en realidad se encargan los compañeros con más años de experiencia, junto con la organización general del servicio de urgencias para garantizar un buen funcionamiento) hasta la asistencia integral de los pacientes una vez que llegan a un box (toma de constantes, canalizar vías venosas periféricas, extracción de analíticas, administración de medicación, cura y sutura de heridas, y un largo etcétera).


P. Estará teniendo que vivir muchas situaciones complicadas…

El miedo de la población genera un nivel de estrés importante a los pacientes

R. En un servicio de urgencias vivimos situaciones complicadas todo el año, aunque es cierto que ahora se incrementan por el estado del país. Ahora mismo la situación más complicada que tenemos pasa por organizar correctamente el servicio para que el trabajo fluya y el tiempo de espera de los pacientes sea el mínimo posible. A esto le podemos añadir que el miedo de la población genera un nivel de estrés importante a los pacientes, y a veces se les olvida que aunque hacemos todo lo que podemos para que las cosas vayan ágiles no siempre es suficiente por la gran demanda asistencial.


P. Su estrés, con turnos muy prolongados, sin descansos, etc. también es para valorar. ¿Cómo lo lleva?

R. El estrés lo gestionamos como podemos y el tema de modificar los turnos lo consideramos algo necesario. Nosotros hemos adaptado los turnos, de tal manera que aunque trabajamos más horas que en un turno habitual, el número de personas expuestas en cada turno es menor y el contacto entre compañeros también, buscando así la manera de reducir las posibilidades de contagio. Es una medida que, aunque suponga un esfuerzo por hacer turnos más largos, nos beneficia en cuanto a nuestra seguridad.

Volviendo al tema del estrés, mientras estamos trabajando intentamos apoyarnos entre los compañeros todo lo que podemos para que la carga emocional no nos supere. Y por supuesto el desconectar todos los días al llegar a casa como ya he dicho antes, eso es lo más importante.


P. ¿Están los hospitales desbordados?

R. Sería muy osado por mi parte responderte que sí o que no de manera rotunda, ya que cada hospital lo estará viviendo de una manera. Por ahora, dentro de lo que yo conozco en Cantabria y en Castilla y León, los hospitales no están desbordados, aunque hay servicios como las unidades de cuidados intensivos que son susceptibles de saturarse antes que cualquier otra unidad.

Además, se están reorganizando las infraestructuras de los centros para poder atender de manera correcta la demanda asistencial que hay.

Esto, por supuesto, no es una verdad absoluta, ni es válido para cualquier día. La situación es muy cambiante, y podemos estar un día genial y al día siguiente desbordados y sin camas, o incluso que esta situación varíe en cuestión de horas. Pero por ahora, creo que se está gestionando todo lo bien que nuestro sistema se puede permitir. Si bien es cierto que algunos recursos empiezan a escasear, en algunos hospitales de España especialmente, y tenemos que procurar hacer un buen uso del material del que disponemos.

Por supuesto nos tenemos que proteger a la hora de tratar con los pacientes que tienen o que podrían tener el Covid-19, pero hay que ser conscientes de qué recursos tenemos, de que todo es limitado, y saber qué material necesitamos para cada situación.

No podemos dejar que el miedo nos haga hacer un uso irracional ni de material por parte del equipo ni de las instalaciones por parte de los pacientes, así como no se puede permitir que haya escasez de un material mínimo para poder trabajar con seguridad, sin necesidad de que haya que hacer manualidades para crear tus propios equipos de protección. Hay que encontrar un equilibrio.


P. ¿Cómo valora las muestras de cariño que se están produciendo, hacia el personal sanitario, a lo largo y ancho de toda España?


Es muy reconfortante saber que la gente te apoya y que está concienciada con la situación

R.Está siendo algo increíble. El primer día no me podía creer la cantidad de gente que estaba aplaudiendo en los balcones. Me llegaron infinidad de vídeos por redes sociales desde toda España donde todo el mundo se había asomado para aplaudir. Puede parecer un gesto insignificante, pero yo creo que es muy reconfortante saber que la gente te apoya y que está concienciada con la situación.

Pero para mí esos aplausos no son para el personal sanitario. Son para toda esa gente que está dando la cara día a día en esta situación: trabajadores de los supermercados, Farmacias, Cadenas de producción que no han querido cerrar y obligan a sus trabajadores a ir, repartidores, cuerpos de seguridad, bomberos, protección civil, toda esa gente que está haciendo teletrabajo para intentar que el país siga funcionando, los periodistas que nos mantenéis informados de la evolución de la enfermedad, para toda esa gente que está perdiendo la vida para salvar la vida de los demás, para la gente que ha caído víctima del virus y, por supuesto, para toda esa gente que realmente se está quedando en su casa y está ayudando a que esto se frene lo antes posible. Para toda esa gente son esos aplausos, y espero que sigan saliendo al balcón todos los días que esto dure.

P. Va a ser duro pero… ¿Habrá luz al final del túnel?


R. Será un largo camino pero habrá luz al final del túnel. No nos podemos confiar cuando el número de casos empiece a disminuir, porque ello puede suponer un nuevo crecimiento exponencial. Hay que tener paciencia, respetar las medidas de aislamiento que se nos han impuesto para garantizar nuestra seguridad y la del resto, y así poder avanzar hacia unas medidas más permisivas y, poco a poco, volveremos a la vida normal.

Lo importante de esto es que nos sirva para aprender algo, y no solo para contar batallas el día de mañana. Tenemos que aprender a valorar lo que tenemos, a disfrutar de los pequeños momentos con nuestra gente y de la vida en general. Tenemos que aprender a pedir por favor y dar un gracias, a valorar los abrazos de los amigos como los tesoros tan valiosos que son. Tenemos que aprender a pasar tiempo con la gente a la que queremos, y a darnos cuenta de que, en situaciones difíciles, los trabajos menos valorados son los que ayudan a sacar adelante un país.Y por último, tenemos que aprender a valorar la sanidad pública de la que disfrutamos, y a todos los trabajadores que están en ella. Esos trabajadores a los que hemos aplaudido estos días son los mismos a los que tantas veces gritan o agreden por los tiempos de espera o por situaciones difíciles. No hay que olvidar que ellos, nosotros, luchamos en batallas todos los días, y que nos dejamos la piel por cada persona que nos necesita, y que lo haremos ahora y siempre.