Lo adelantamos ayer en una nota donde el maestro posaba sonriente junto a cinco mujeres que laboran cada día para la sociedad vallisoletana. Cinco féminas elegidas por el jurado de la Fundación en su tercera edición para dignificar, en suma, el trabajo de las mujeres.

Las galardonadas fueron:

Carmen Vaquero, Vicerrectora de Comunicación de la Universidad de Valladolid.

Cristina Camell, Directora-presentadora del programa de La 7 Cyltv “Vamos a ver”.

María Rosa Barquín, ceramista.

Angela de Miguel, Presidenta de la Confederación Vallisoletana de Empresarios.

Y María José Hernández, Presidenta de la Asociación de Hostelería de Valladolid.

Dos abogadas en instituciones de primera línea de Valladolid, una directora-presentadora televisiva (que “huyó” del Derecho), una ceramista y una empresaria de hostelería, formaron el quinteto donde el maestro Coello se apoyó para entregar sus terceros premios.

 “Sólo quiero devolver a la sociedad lo que la sociedad de Valladolid me ha dado a lo largo de mi vida profesional”.

Palabras sinceras de un Andrés Coello quién, a punto de cumplir los 85 años, mantiene viva la ilusión de seguir luchando para mover, ofrecer y exponer su ingente obra.

Una creación que data desde que un joven Coello abandonara su puesto de delineante en la Diputación, para empezar a pisar y moldear arcilla con el resultado de la realización de cientos de murales, y haber enseñado la técnica a multitud de alumnos.

Luego vendría la pintura en todos sus formatos, alfarería, esculturas y cientos y cientos de distintos trabajos convirtiendo todo lo que tocaba en auténtico arte. Y quién hace arte es un artista.

“El arte limpia del alma el polvo de la vida cotidiana”, lo decía Picasso y se puede aplicar perfectamente a nuestro personaje.

La sala se llenó al completo, y los asistentes al acto pudieron contemplar parte de la extensa y variada obra que el artista ha ido acumulando a lo largo de su dilatada trayectoria.

Numerosos amigos de Andrés, acompañantes de las galardonadas y familiares del maestro (su hermana Carmen, su yerno Juan Carlos y su nieto Andrés), nos dimos cita en otra tarde noche maravillosa donde la emoción desbordó a este “veterano de tantas batallas artísticas”.

Koldo Díez, amigo del maestro, de los que sin dudar acude cada vez que se le solicita, se encargó de la presentación y lectura de las biografías profesionales de las premiadas, quiénes tras recoger su estatuilla se dirigieron al público con sinceridad y emoción.

Entre los asistentes saludamos al medinense Angel Marcos, otro artista quién con su cámara al hombro muestra su potencial fotográfico a medio mundo. Su obra forma parte de importantes colecciones de museos de Europa y América.

GALERÍA DE FOTOGRAFÍAS / NATALIA CALVO