Están ahí y no te has fijado. O quizás, sí. Desde finales del mes de enero Zamora tiene una nueva y misteriosa decoración, que crece día a día a un ritmo frenético, y apenas se ve. Es el misterio de las piedras pintadas. Zamora-Roc es un movimiento, nacido a través de las redes sociales y liderado por Rubén del Pozo, que se vale de la participación ciudadana para intercambiar piedras decoradas a mano por todos los rincones de Zamora.

La premisa es sencilla: "Pinta una piedra a tu gusto, escribe detrás 'Sube una foto a Facebook Zamora-Roc, luego quédatela o escondela otra vez' o algo parecido, escóndela en algún lugar de la provincia y haz a alguien feliz cuando la encuentre. Así de simple. Cuando publiques una foto acompáñalo de uno de estos 3 hashtags #escondida #encontrada #rebotada así el resto podremos ir a la lupa y encontrar rápidamente si hay alguna piedra esperándonos". 

Para empezar el proceso, su creador recomienda que se utilicen rocas lisas y de un tamaño a partir de 4 centímetros, y para pintarlas utilizar pinturas acrílicas y después permanentes oscuros para escribir sobre ellas. Además aconseja "usar un barniz transparente cuando se sequen, para que sean indestructibles". Una vez listas para ser encontradas, Rubén del Pozo explica que lo ideal es situarlas en "lugares abiertos y públicos como plazas, parques o avenidas. Lugares seguros donde pueden buscar los niños y los adultos". 

Zamora-Roc es una divertida forma de intercambiar arte en pequeño formato y, además, participar en un juego con desconocidos de todas partes de la provincia. Una actividad cuya clave reside en su grupo de Facebook, donde los participantes pueden subir sus trabajos una vez realizados, antes de esconderlos, para dar pistas a los buscadores. Y una vez escondidas las piedras, estos pueden indicar el pueblo o calle dónde se han ocultado para poner sobreaviso y sea "más cómodo de encontrar". 

Tal está siendo el éxito de este divertido juego que el grupo de Facebook supera los 2.300 participantes y las publicaciones diarias se cuentan por decenas. Personas que esconden, otros que encuentran y algunos que encuentran y vuelven a esconder comparten sin cesar sus andanzas con las piedras pintadas. Y aunque su organizador recalca que "no se requiere talento artístico", lo cierto es que a muchos participantes les cuesta desprenderse de su pequeño tesoro encontrado, ya que algunas creaciones son verdaderas obras de arte en miniatura. 

¿Te animas a participar en esta original iniciativa?