Castilla y León

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Valladolid

Crónicas camperas, de toros y gastronómicas (2ª parte)

24 febrero, 2020 09:38

EL COSSÍO: UN SANTUARIO TAURINO (No confundir con la enciclopedia)


Nada más traspasar el umbral del establecimiento, Perico mostró a sus invitados la reforma que había realizado en la zona de la barra. Además de dar a conocer a los que visitaban el asador por vez primera toda una colección de objetos y arte taurino que el hostelero mojadense ha ido acumulando a lo largo de los años, convirtiendo todo el conjunto en un auténtico santuario taurino.

La entrañable foto con el retrato de Joselito muestra la pasión de Perico hacia la tauromaquia.

EL FESTIN EN EL COSSÍO (Dícese de la comida espléndida y abundante)


Y qué festín. No podía ser menos la generosidad de Perico, quién con la gente de Grana y Oro siempre se vuelca por la perenne amistad y por la reciprocidad que siempre nos profesamos. Y no sólo a nosotros, sino que compartimos mesa y mantel con todos los participantes en la activa mañana campera y taurina.

Una larga mesa en la sala principal del Cossío, cuya cabecera arrancaba bajo el rincón taurino por excelencia de Perico, albergó a una treintena de comensales que, tras pasar por el muestrario junto a los hornos de asar, se mostraron ávidos de degustar parte de lo allí expuesto.

Partimos con fuentes de jamón, lomo ibéricos y queso al centro de las mesas, para seguir con unas deliciosas anchoas con pimiento rojo asado en los hornos de leña de la casa (uno de mis platos favoritos).

De la cuchara y guiso tradicional nos llegó un tazón de judiones con rabo de toro. Sensacional logro, con un sabor casero que recordaba al guiso de nuestras abuelas.

Y el lechazo al horno de leña. !Bendito lechazo¡

Bien dorado, crujiente y jugoso, fue presentada la cazuela de lechazo, ya marcado para trocear al gusto. A nosotros tres (Javi, Mario y yo) nos adjudicaron una paletilla deliciosa. Javi disfrutó con la “tajada del pastor”, mientras que Mario y uno atacamos al costillar y cuello, además del sabroso jarrete. Natalia, optó por pasar del asado y pidió merluza a la plancha con un pincho de verduras asadas.

En fin, qué les voy a contar a ustedes que no sepan… Rematamos con una tarta de queso espectacular, acompañada de una bola de helado de leche merengada con fondo de canela. No faltaron buenos caldos ribereños y cigaleños…con la gaseosa acostumbrada para uno.

Chupitos, copas largas y buena tertulia hasta que hacia las seis de la tarde cada mochuelo a su olivo. Excepto los ganaderos, que siguieron copa en mano alargando la tarde bajo el enorme y bello cartelón de la feria de Sevilla de 1990.

Y debajo, en un cajón a buen recaudo, la colección del “Cossío” (la enciclopedia) donde Perico aprendió sus primeros pasos de aficionado cabal, aunque arrancó muy joven cuando se iba a la feria de Valladolid en él autobús.

Excelente jornada, vive Dios.

GALERÍA FOTOGRÁFICA NATALIA CALVO