Tomas-Hidalgo

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Opinión

155, necesario para la normalidad

21 octubre, 2017 14:00

Han pasado dos semanas desde que el Parlament de Cataluña suspendió la Constitución Española o nunca mejor dicho la “criogenizó” en 8 segundos.

Puigdemont destruyó lo que se ha tardado en construir 80 años -con una dictadura de por medio-, pareciese un pirómano de los que han pululado por Galicia y Asturias en esta última semana destruyendo en un gesto de apenas cinco segundos lo que se ha tardado no 80 años, sino cientos de ellos en construirse.

En estas dos semanas hemos asistido como feligreses a varias comunicaciones epistolares a saber: epístola de Rajoy a los separatistas catalanes, contestada con otra epístola de Puigdemont a Rajoy que la enviaba también en “diferido”, cual Cospedal, a Europa como si en ella estuviese o de ella saliese el milagro, la piedra filosofal que solucionara el problema que han creado, problema del que son culpables por igual el PSOE, el PP y los partidos secesionistas. Ya lo dijo Girauta “es lo que tiene haber alimentado este monstruo durante años”.

Y en este infructuoso duelo epistolar (que para el resultado que han dado bien podían haber utilizado las RRSS, más rápidas y directas) nos encontramos con un Puigdemont ya montado en el caballo lisérgico del nacionalismo, viéndose convertido en el Companys del siglo XXI, la familia Pujol a salvo de la ley y el derecho del Estado Español y un Rajoy debajo de la cama esperando que alguien -Rivera por ejemplo- le solucione el problema que él y su Gobierno han permitido agrandar y profundizar.

Y mientras los acontecimientos avanzan hacia la locura secesionista, Ciudadanos con su presidente Albert Rivera (visionario, previsor adelantándose por su experiencia y conocimiento del medio a unos hechos que poco a poco se confirman por su consumación), solicitó la aplicación sin dilación -lo antes posible- del 155 famoso como remedio al parón legislativo que los separatistas han implantado sobre la política catalana, para posteriormente, ir a unas elecciones que restauren la Ley, su imperio y la Democracia en sí misma por medio del voto ciudadano que es el único medio legítimo.

Pero seamos consecuentes, ¿cual es el límite temporal o real para llevar a cabo esas elecciones? porque lógicamente, con una sociedad prácticamente dividida y posiblemente, por el avanzado estado de gestación del proceso secesionista, ya directamente en rebeldía, sin cambiar la dirección de los medios de comunicación públicos afines a los independentistas, sin tomar el control y renovar la dirección de los Mossos, ¿serían necesarias esas elecciones?

Porque para que unas elecciones se hagan con un mínimo de legitimidad tienen que celebrarse en una situación de paz social.

Necesarias sí! no hay otra forma de devolver todo a la normalidad si no es por medio de la participación del pueblo.

¿No llegarán, no llegaremos demasiado tarde?

Y en esto sí mantengo el dedo acusador sobre alguien: Mariano Rajoy Brey porque no fue presidente cuando tenía que serlo al asumir la toma de decisiones a tiempo para impedir los hechos que al final se produjeron.

¿O solo ha sido valiente para decidir aplicar los recortes sociales, sabiendo que no habría un pueblo radicalizado que le pusiera en un brete?