Región

Crónicas rurales... de pintores y toros: Huerta del Rey. Parte II

10 octubre, 2017 13:14

En nuestro relato anterior habíamos dedicado el mismo al pintor Ercilio Vidriales. Tras un suculento almuerzo nos dirigimos a la plaza de toros para presenciar el segundo de los festejos con motivo de las fiestas en honor de la Virgen del Rosario. En estas fechas Huerta (990 habitantes) se quintuplica y la localidad pinariega se llena de vida y de fiesta con un público abigarrado y variopinto; las familias se reencuentran para estos días de asueto.

La coqueta plaza de toros data de 1890 y, hasta hace escaso tiempo, era paso obligado para peatones, ya que sus puertas de cuadrillas y arrastre se abrían de par en par durante el resto del año. Era una plaza más del pueblo. Ha sufrido un proceso importante de restauración y ahora luce sus palcos y gradas cubiertas, sin embargo la “zona noble” (presidencia, autoridades e invitados) está al descubierto.

A las cinco en punto de la tarde, la banda de música de Sala de los Infantes dio la vuelta al ruedo recibiendo una gran ovación del público que ya abarrotaba el graderío completando su aforo en unos 1.800 asientos. En los dos festejos se agotan las entradas que se ponen a la venta en 20 euros, con rebaja a las peñas, niños y jubilados.

A continuación el alguacilillo hizo el despeje de plaza y detrás de él las cuadrillas encabezadas por los novilleros José Fernando Molina, de Albacete, y Manuel Diosleguarde, de Salamanca. Los cuatro erales, dos de ellos de nota, fueron de la ganadería salmantina de José Cruz, triunfadora del pasado año.

Todo se hace de forma rigurosa, cumpliendo fielmente con la tradición y la liturgia taurina. Tras las cuadrillas irrumpen ordenadamente las peñas de Huerta que, unos con disfraces y otros con instrumentos, etc. llenan de colorido y alegría el coso de La Herrén (de ahí el nombre de la peña). Y muchos niños.

La lidia transcurrió con normalidad, salvo el achuchón que se llevó el bueno de Jesús Fernández; un matador de toros catalán que emigró a Palencia y luego a Valladolid hace unos años. En Las Navas del Marqués tomó la alternativa y ahora enfoca su camino como banderillero.

Los novilleros pudieron lucirse mejor con los dos últimos novillos que fueron de auténtico lujo; cuajados ya de erales, y con una movilidad extraordinaria, derrocharon bravura en la muleta de las jóvenes promesas. Tanto mi paisano José Fernando Molina, como el salmantino Manuel Diosleguarde aprovecharon al máximo a sus dos oponentes paseando dos y tres trofeos respectivamente. Al tercer eral se le dio la vuelta al ruedo. Buen criterio del palco.

Tras el festejo visitamos la sede de la peña “La Herrén” junto a José María, un veterinario que ejerce en Aranda y sigue fiel a su peña de Huerta. Ercilio (vicepresidente de la entidad) se había adelantado para las votaciones de los trofeos que, desde la fundación de la asociación, (hace 35 años) se vienen entregando a los triunfadores de la feria con su clásico “Pino de plata” para el diestro triunfador. La peña tiene unos 70 socios y está comandado por féminas; ¡¡¡mujeres al poder!!!!

Ya camino del consistorio para el coloquio nos sorprendió la algarabía, el ir y venir de las gentes y el gran escenario donde una orquesta, frente al ayuntamiento, se arrancaba con un pasodoble inundando de música la zona.

Y la cola para el coloquio iba en aumento. Mi amigo Chuchi comentaba por lo bajini: ¡¡¡aquí hay dinero!!!!! -claro- contestó José Mari: aquí cayeron 72 millones de euros en el Niño de 2012. ¡¡¡Toma ya!!!!!

En mi última visita a Huerta participé también en el coloquio que entonces se hacía en los bajos del restaurante La Botería, cuando Ercilio presidía la asociación. Al parecer ya lleva unos años que se celebra en la sala teatro del ayuntamiento, donde la misma se abarrota con gentes de todas las edades.

En el escenario compartimos coloquio con dos aficionados que se encargan de la crítica; los dos novilleros, el ganadero, mi amigo Chuchi, Ercilio y la moderación de Esther (vicepresidenta de la peña). A cada uno nos llegó su turno para intervenir y plasmamos lo que vimos en el coso huertaño.

También hubo turno para los asistentes que llenaron con un no hay billetes la coqueta sala-teatro. Durante las intervenciones nos enteramos que lo de Diosleguarde del novillero salmantino le viene del pueblo de su padre del mismo nombre, en la comarca de Ciudad Rodrigo. Y que a al albaceteño José Fernando Molina se le cayeron dos lagrimones cuando lo compararon con el gran torero Dámaso González, recientemente fallecido.

También nos enteramos por el ganadero, Rafael Iribarren, que del novillo de vuelta al ruedo habían extraído semen para inseminar vacas. Buen acierto porque la clase que tuvo el eral fue impresionante. Y mi amigo Chuchi explicó a la concurrencia lo que es ser aficionado práctico, como los del “Taller de Tauromaquia” que creara el arquitecto y buen aficionado soriano Felipe Romero.

Ercilio, que también fue concejal (qué no habrá sido este polifacético zamorano) puso paz en el consistorio, pero en esta ocasión paz taurina. Con la intervención de Juani, presidenta de “La Herrén”, donde proclamó ganadores de la feria a ambos novilleros y al ganadero, se dio por finalizado el acto

Mi felicitación al consistorio huertaño por la magnífica y seria organización de su feria taurina y, obviamente, a “La Herrén” y a sus gentes; fundamentalmente al gran Ercilio Vidriales. Al menos me quitó 20 años de encima. Y eso es afecto.

“El amor no se puede comprar, y el afecto no tiene precio. (San Jerónimo).

Y desde lo alto del monte de Zarrazuela, un toro de Osborne vigilante, puesto por los huertaños en 1992, vela por nuestra Fiesta en Huerta de Rey. Chapeau.