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Región

Colegios Victoria Adrados y Francisco de Vitoria: pasado, presente y futuro

24 septiembre, 2017 12:04

El colegio Francisco de Vitoria es un colegio público de Salamanca al que todos los días acuden cientos de niños. El colegio Victoria Adrados ya es historia, hace años que cerró sus puertas y ha sido demolido para albergar en el mismo lugar viviendas municipales para personas con movilidad reducida.

La historia de ambos centros escolares es diferente, para empezar: uno está activo y el otro no. No obstante, los dos tienen algo en común, el empuje de una mujer, Victoria Adrados, que nació en tierras segovianas pero que llegó a Salamanca con el propósito de mejorar la educación en sus aulas.

En el caso del colegio Victoria Adrados, su empeño por mejorar las condiciones de los escolares le sirvió para que la ciudad decidiese recordarla con un centro que llevase su nombre. Es más, el nuevo edificio mantendrá la misma denominación. El Ayuntamiento ha querido que así sea.

Obras del proyecto Victoria Adrados que, tras la demolición del edificio, deja a la vista un solar.

En cuanto a su relación con el otro centro, llega con su origen. Según ha explicado su nieto, Javier Rodríguez, su abuela, que era inspectora de Educación, estaba muy preocupada y muy interesada en ofrecer a los niños de Salamanca la mejor enseñanza posible.

Por ello, al comprobar que no había colegio público alguno en la zona centro, entre la calle Toro y la calle Zamora, se interesó por promover la apertura de uno, una inquietud que supo trasladar a su marido.

El nieto Javier Rodríguez ha reconocido que, según ha podido investigar, es posible que ella misma quisiese poner en marcha este nuevo centro entre sus superiores del ámbito educativo, algo que, tal y como ha reconocido su familia, parece que no logró.

En cambio, sí que supo convencer a su marido y concejal del Ayuntamiento de Salamanca, Juan Francisco Rodríguez, de la necesidad del nuevo colegio, algo que trasladó en moción al pleno y que se aprobó, fue el origen de esas nuevas aulas con nombre de Francisco de Vitoria.

Ese interés por el nuevo centro ha llevado a la familia de Victoria Adrados a conocer el colegio como Francisco de 'Victoria', así lo han seguido llamando algunas de las nietas, un nombre parecido al real -una letra más- y que demuestran el interés de quien fue vecina de Salamanca por la educación de los niños de la ciudad.

Familiares de Victoria Adrados, en su visita al Ayuntamiento de Salamanca. Foto: Europa Press.

Una vida complicada

La vida de esta mujer no fue fácil, tal y como ha reconocido su hijo Francisco Rodríguez Adrados, quien en una visita reciente al Ayuntamiento de Salamanca, recordó cómo su madre se hizo hueco en un ambiente gobernado por hombres.

El descendiente puso como ejemplo que, desde distintos ámbitos, le recomendaban no viajar sola, algo que hacía habitualmente para conocer cómo estaban los colegios que estaban a su cargo y que no dejó de realizar a pesar de los consejos.

Asímismo, Victoria Adrados se interesó por las nuevas tecnologías. Fue ella quien defendió la presencia del primer teléfono en su hogar, a pesar de las reticencias de su marido por incorporar ese aparato a la casa. Es solo un ejemplo de la necesidad que tuvo de adelantarse a la generación que le tocó vivir.