Pedro Sánchez dimitió como diputado a finales de octubre de 2016, dejando así su escaño en el Congreso tras haberse visto obligado a renunciar a la secretaría general del PSOE y para evitar abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy. Siete meses después ha logrado vencer en las primarias y convertirse de nuevo en secretario general del Partido Socialista y ahora podría buscar una fórmula para poder hacer oposición parlamentaria a Mariano Rajoy.

Ante la imposibilidad de regresar al Congreso, Sánchez está barajando la opción de entrar en el Senado, para lo que podría sustituir a uno de los senadores de designación autonómica. Uno de los que está en el punto de mira para esta operación es Óscar López, senador por Castilla y León tal y como fue designado por las Cortes.

La figura de López tiene además un especial significado para Sánchez y sus partidarios, ya que después de formar parte del equipo más próximo de Pedro Sánchez (fue portavoz en el Senado y su asesor para los debates electorales en televisión), apoyó la candidatura en las primarias de Patxi López y fue uno de sus portavoces.