Una vez finalizada la primera parte, la grada del Polideportivo Pisuerga tenía pocos ánimos y fe para conseguir la victoria ante Morón, pero la segunda parte del CBC Valladolid, en la que el pundonor se unió a la mejoría en el juego, hizo que las fuerzas se recobraran. Un ímpetu que saltó por los aires con el triple de Wade-Chatman sobre la bocina para dar la victoria a las ardillas por 76-73.

Faltaban dos segundos y el partido se encaminaba a la prórroga. De la Fuente la puso en juego casi en el fondo propio, Chatman la recibió y se levantó antes de llegar a la divisoria de la cancha. Con el norteamericano en el aire se veía improbable que esa pelota entrara, pero la esperanza dicen que es lo último que ha de perderse.

Con el balón volando por el aire algunos ya creían que la canasta podía entrar, pero cuando los tres puntos subieron al marcador la incredulidad se mezcló con la apoteosis y la grada de Pisuerga vibró como en los viejos tiempos.

Una piña de los jugadores sobre Chatman, a la que se unieron después algunos aficionados, y los brazos en alto, las bocas abiertas y las cabezas de los forofos preguntándose qué era lo que había pasado exactamente fue la mejor manera de celebrar esta victoria.

Tras el pasamanos típico al final del partido y con la grada todavía encendida de pasión y sentimiento, Chatman fue manteado por sus compañeros para celebrar que aún están muy vivos en esta semifinal gracias, en parte, a un triple de los que quitan el hipo y hacen afición.