celebracion final copa rugby santboiana el salvador valladolid 2017 30

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Región

El ‘Maracanazo’ de Zorrilla

1 mayo, 2017 19:44

Es un símil futbolístico que no gustará a los más puristas, pero el ‘Maracanazo’ hace tiempo que trascendió a lo acontecido en 1950 entre Brasil y Uruguay para convertirse en una metáfora de los grandes chascos deportivos, de las desilusiones de locales y organizadores en las citas emblemáticas, que ven como el foráneo les arrebata la alegría ante su público.

El estadio José Zorrilla de Valladolid ya se convirtió en 2016 en una referencia para el rugby nacional, con un histórico lleno y 26.000 personas vibrando con el duelo entre el VRAC y El Salvador. Pero en aquella ocasión no había visitantes, todo quedaba en casa y aunque el drama aún lo guarda en su interior el Quesos, la alegría también se quedó a orillas del Pisuerga.

Sin embargo, en este 2017 el escenario volvía a ser el mismo, pero la película no tenía nada que ver. De hecho, pese a jugar ‘en casa’ (aunque su feudo habitual es Pepe Rojo), El Salvador actuaba como visitante ante la Santboiana.

El viento y la lluvia acabaron llamando al frío y la mañana se tornó totalmente desapacible. La ‘fanzone’ quedó mermada antes y después del choque por la sensación térmica y el excelente ambiente previo en la pasada edición quedó mitigado por la meteorología y hasta minutos antes del inicio del choque sólo se poblaron las zonas cubiertas del graderío de Zorrilla. Chubasqueros y paraguas convirtieron la grada en una amalgama de colores y plásticos que fueron necesarios durante toda la mañana en un estadio que volvió a hacer gala de su fría fama.

Lo que ocurrió en la grada fue también reflejo de la energía sobre el césped. Los aficionados de la Santboiana, notablemente inferiores en número a los del chami, se hicieron notar desde antes del partido. En la presentación de los equipos pitaron el himno de España aunque la hinchada local respondió coreando y eclipsando los pitidos.

Durante el encuentro acapararon gran parte de la animación, especialmente, en la segunda parte, al tiempo que su equipo remontaba y enfilaba el título, subieron la intensidad de sus cánticos y del ritmo que imponía la batucada. La afición de El Salvador no encontró la energía para replicar con la misma intensidad que un año atrás había hecho ante los seguidores del VRAC, y sólo mostró su potencial en contadas ocasiones, especialmente en un primer tiempo más dominado por los de Juan Carlos Pérez.

Se lo hizo Uruguay a Brasil en Maracaná en 1950, el Deportivo al Real Madrid en el Bernabeu en 2002, el Madrid de Laso al Barcelona en el Sant Jordi en 2012 y así en infinidad de ocasiones a lo largo de los años y en todas las disciplinas. El último ejemplo de los grandes chascos locales lo ha padecido este 30 de abril en Zorrilla El Salvador, que buscará ya cerrar las heridas, pelear por el título de Liga y resarcirse.