El Real Valladolid ha demostrado este domingo ante el Numancia los argumentos de sus carencias, las que le han impedido sumar victorias en casa y le han dificultado de forma notable marcar goles en buena parte de los encuentros. La inocencia en el ataque, la imprecisión en los metros finales y la falta de ritmo para afrontar los contraataques estuvieron a punto de costarle los tres puntos a los de Paco Herrera, pero una fantástica carrera de Jose y una definición precisa dejaron un punto en Zorrilla.

La primera llegada con peligro del Real Valladolid no se hizo esperar, en el minuto 5 Espinoza se hizo con el rechace al córner que él mismo había sacado para volver a centrar el balón al corazón del área, donde a punto de llegar estuvo Raúl de Tomás que reclamó al árbitro penalti por un empujón de la zaga numantina.

Dos minutos después, Jose disparó con potencia desde el lateral del área tras una incursión personal, pero el esférico terminó alejado de la portería de Aitor Fernández. Era un buen comienzo de los de Paco Herrera, con aproximaciones constantes al área rival pero con un juego sin contundencia, casi inocente en los últimos metros del campo.

Al Numancia parecía servirle el devenir del partido y optó por un planteamiento conservador, con la defensa firme y sin especulaciones para despejar con balones largos. El Valladolid dominaba espacialmente el partido pero su juego era tierno, casi endeble por momentos, sin lograr generar desazón en el ánimo del rival.

En el minuto 37 los de Paco Herrera lograron volver a inquietar a Fernández, con un centro a la salida de un córner que dejó sólo al central Álex Pérez que remató con una falta de potencia incomprensible y desde el borde del área pequeña entregó el balón directamente a las manos del portero. Su mirada al juez de línea delató la frustración del jugador, deseoso de que el asistente invalidara su posición y el error pasara más desapercibido, pero no encontró excusa posible para un remate tan blando.

Con el 0-0 en el comienzo de la segunda parte crecía la impaciencia de los más de 7.700 espectadores que acudieron a Zorrilla y veían como su equipo era incapaz de asestar un golpe al partido. Un ambiente enrarecido que no mejoró con la entrada de Villar al campo en sustitución de Espinoza y los silbidos que recordaron al jugador que su divorcio con la grada quizá sea ya definitivo.

Tres minutos después, en el 65, el Numancia revolucionó por completo el choque con el tanto de Mateu, que encendió definitivamente a la grada que respondió con pitos al equipo. Era un momento delicado para el conjunto entrenado por Paco Herrera, que en cada partido afronta la sensación de que el último tren hacia el playoff pasa de largo.

El gol anestesió al Valladolid y el juego se congeló, el Numancia comenzó a manejar los tiempos y a detener el ritmo del partido, con una victoria que era más de lo que merecían los visitantes en Zorrilla por el juego desplegado pero que buscaban afianzar. Sin embargo, en el minuto 76, un balón largo de Villar permitió a Jose protagonizar una excelsa carrera conduciendo el balón, zigzagueando hasta el momento cumbre de regatear a Aitor Fernández y marcar uno de los goles de la temporada para el Real Valladolid.

El tanto alimentó las esperanzas locales de sumar tres puntos, pero la falta de puntería y precisión durante la parte central del partido no iba a cambiar en el tramo final. A punto estuvo de romper la igualdad en el marcador Villar al filo del 90, pero su disparó terminó en córner tras tocar en un defensa. Con este punto el Valladolid se queda con 50, a falta de que termine la jornada para seguir con la calculadora en la mano apurando las cuentas del playoff.