zamora semana santa vera cruz 1

zamora semana santa vera cruz 1

Región

Vera Cruz: la Pasión de Cristo en siglos de terciopelo morado

14 abril, 2017 11:23

Zamora está hasta los topes, toda la ciudad está en la calle, y miles de turistas abarrotan cada rincón, atraídos por la fama internacional de la Semana Santa de Zamora. La tarde promete sol y buenas temperaturas, y mucha emoción y sentimiento con la procesión de la Vera Cruz, una cofradía cuyos primitivos orígenes se remontan al siglo XVI. El desfile no puede ser más ilustrativo: la narración en vivo de la Pasión de Cristo a través de sus once pasos: ‘La Santa Cruz’, ‘El lavatorio de los pies’, ‘La Santa Cena’, ‘La Oración del Huerto’, ‘El Prendimiento de Jesús’, ‘La Flagelación’, ‘La coronación de espinas’, ‘La sentencia’, ‘Ecce Home’, ‘Jesús Nazareno’ y ‘Virgen Dolorosa’. El desfile sale a las 16.45 horas del Museo de Semana Santa por: Plaza Santa María la Nueva, Corral Pintado, Reina, Plaza de San Miguel, Plaza Mayor (de paso), San Andrés, Plaza del Mercado, Plaza de la Cárcel, Plaza de la Constitución, Santa Clara, Sagasta, Renova, Plaza Mayor (de paso), Ramos Carrión, Plaza de Viriato, Rúa de los Francos, Plaza de los Ciento, Rúa de los Notarios, Plaza de la Catedral, y entrada en la S.I. Catedral. Tras realizar una estación de veinte minutos el desfile regresa por Plaza Catedral, Rúa de los Notarios, Plaza de los Ciento, Rúa de los Francos, Plaza de Viriato, Ramos Carrión, Plaza Mayor (por el centro), Plaza Juan Nicasio Gallego, Reina, Corral Pintado y Plaza de Santa María La Nueva para retornar al Museo de Semana Santa.

Las emblemáticas tallas recorren la ciudad de principio a fin arropadas por una marea de 2.500 cofrades de túnica de terciopelo morado, ceñida con cíngulo amarillo, que portan en la mano una vara rematada con una cruz. El sonido de las esquilas del Barandales abre camino, las marchas fúnebres de las bandas las acompañaban. Tras la primera parte del recorrido, penitentes y familiares hacen una parada de veinte minutos en los jardines de la Catedral para reponer fuerzas con las tradicionales meriendas de Jueves Santo. Ya de vuelta, y con la caída del atardecer, Zamora queda entre dos luces y se adivina una noche sin fin antes de entrar en el Museo.

Fotos y vídeos: Víctor Rodríguez Alonso