No está siendo la temporada del Universidad de Valladolid, que acumuló su segunda derrota consecutiva en la pista del Albense. El conjunto dirigido por Kike Molina, que acabó expulsado tras protestar la forma del último gol, se dejó remontar un 1-4 y sucumbió por 5-4.

Y es que el conjunto universitario no aprende de sus errores. Una vez más, volvió a mostrarse fallón de cara a portería y lo terminó pagando. El 0-3 a los 6 minutos fue un simple espejismo de un equipo que se dejó llevar.

La falta de puntería sigue siendo el lastre de los vallisoletanos, que pidieron llegar al descanso con una amplia ventaja para encarrilar el partido y afrontó la segunda mitad con un 3-4. Los goles locales llegaron tras despistes del Uni, que derivaron, entre otras acciones, en un penalti y en un balón que entró por el medio de la barrera.

El Albense se vio fuerte, sacó a su rival del encuentro y aprovechó para anotar el empate (4-4) nada más regresar de vestuarios. Los intentos visitantes no fueron suficientes y el choque llegó a la recta final con todo por decidir.

La expulsión del local Sergio avivó las esperanzas del Uni. Aunque se quedó en eso, ya que no supo imponerse en la superioridad numérica. Pero el desenlace terminó mucho peor.

De hecho, tuvo hasta polémica. Víctor paró en dos tiempos un lanzamiento, aunque tras el segundo Óscar metió la puntera cuando el portero tenía en su poder la pelota. La decisión de dar validez al gol desató el enfado en el Uni; y todo acabó con la expulsión de un incrédulo Kike Molina, que no comprendió lo señalado por los colegiados.

Restaban menos de dos minutos para la conclusión y no hubo mucho tiempo para más, por lo que la derrota se convirtió en realidad. Sin entrar a valorar las decisiones arbitrales, el técnico universitario mostró su enfado al término del encuentro, tanto por ellos, como por la actuación de los suyos.

Tras perder el último tren, el Universidad de Valladolid se agarra al descanso de la próxima semana para terminar de la mejor manera posible el curso.