factoria renault valladolid vista aerea 1

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Región

Investigan el robo de 5.000 inyectores en la Factoría de Renault

19 febrero, 2017 20:30

El Juzgado de Instrucción número 6 de Valladolid está investigando el robo de más de 5.000 inyectores detectado desde primeros del pasado año en la Factoría de Motores de Renault en Valladolid, lo que supone un valor de las piezas superior a los 255.000 euros.

La multinacional automovilística figura personada como acusación particular y, según ha podido saber Europa Press en fuentes jurídicas, cuenta actualmente como principales sospechosos con dos trabajadores de la factoría vallisoletana y con un tercero totalmente ajeno a ella pero que, en compañía de uno de los anteriores, fue pillado 'in fraganti' en noviembre del pasado año cuando ambos salían de las instalaciones con centenares de inyectores dentro de varias bolsas.

El inicio de las pesquisas tiene como punto de partida la denuncia que el 11 de noviembre de 2016 fue interpuesta por Renault España, a través de su representante legal, en la Comisaría de Delicias y en la que se hacía constar que desde el día 3 de febrero de ese año, fruto de distintos inventarios de piezas realizados, se había venido detectando la desaparición de inyectores de su stock que cifró en un total de 5.068, de ellos 3.126 unidades valoradas en 48,22 euros y otras 1.942 con un valor por unidad de 54,36 euros.

Dichos inyectores, que por su forma se asemejan a un puro pero son algo más grandes, se utilizan para el montaje de los motores R9 fabricados en la Factoría de Motores de Renault en Valladolid, sita en el número 19 de la Avenida de Madrid, que se hallaban almacenados en la nave 3 y cuyo valor global, según la estimación realizada entonces, se elevaba a un total de 255.942,84 euros, lo que había producido para la empresa "una gran pérdida".

Cámaras de seguridad

De forma paralela a la denuncia ante la policía, la empresa automovilística, a través de su Departamento de Seguridad, realizó las comprobaciones oportunas sobre los accesos a la fábrica y detectó el día 12 de febrero de 2016 la entrada en las instalaciones de dos sujetos sospechosos al producirse tal acceso por una puerta con poco tránsito de trabajadores, así como por el corto espacio de tiempo que permanecieron en ella y su posterior salida portando varias mochilas.

Las imágenes de las cámaras de seguridad visionadas permitieron a la Policía Nacional identificar plenamente a los dos sospechosos, uno de ellos trabajador de la propia factoría, A.J.C.M, ya despedido a raíz de estos hechos, y otro ajeno a ella, R.S.S, ambos conocidos en círculos policiales por pertenecer al mundo delincuencial y haber sido detenidos en otras ocasiones anteriores.

Los dos serían detenidos quince días después, concretamente el 26 de noviembre, fruto del dispositivo de vigilancia montado por la Brigada Provincial de Información de la Policía Nacional tras localizar inicialmente su presencia a bordo de un turismo, propiedad de A.J.C.M, en las inmediaciones de una de las puertas de acceso a la fábrica, y pillar más tarde a éste y a R.S.S. cuando ambos abandonaban las instalaciones portando mochilas en las que llevaban 360 inyectores.

Entre las pertenencias del segundo de ellos, ajeno a la factoría, los agentes le ocuparon una tarjeta de acceso a la fábrica perteneciente a otro trabajador de la empresa, S.B.G, de ahí que en las diligencias judiciales figuren inicialmente los tres como presuntos implicados en la sustracción de piezas.

El tercero de ellos --los otros dos se han acogido a su derecho de no declarar ante la jueza-- alegó en su momento en sede judicial que no tenía nada que ver y que la tarjeta, que se encontraba desactivada en el momento de la detención de su portador, la había extraviado y que había puesto este hecho en conocimiento de la empresa, aunque los investigadores mantienen que hubo supuesta cesión voluntaria de dicho medio de acceso a R.S.S, quien para pasar desapercibido acudía además provisto del uniforme característico de la plantilla.

Inicialmente, la policía sostiene que los implicados seguían un mismo 'modus operandi' consistente en acceder a la factoría los fines de semana, en la franja horaria comprendida entre la tarde del sábado y la madrugada del domingo, a través de una puerta carente de seguridad privada y permanecían en las instalaciones durante un corto periodo de tiempo, entre una hora y hora y media, para sustraer las codiciadas piezas de coche que luego eran vendidas a terceros y revendidas por éstos en otros países, como Marruecos.

En este sentido, los investigadores advierten de que el valor de los inyectores en el mercado minorista puede incluso duplicar su precio, de ahí que aunque las pérdidas de Renault superan los 255.000 euros el beneficio obtenido por los presuntos responsables puede alcanzar cifras mucho más elevadas.

Conexión marroquí

Las investigaciones que se siguen por sustracción de inyectores en las instalaciones de Motores de Renault en Valladolid han escalado un peldaño más ante la supuesta vinculación de los detenidos con una red desarticulada recientemente en esta provincia y Palencia, integrada por cinco personas, una de ellas huida, que se habrían dedicado, amén de traficar con drogas, a la compra de estas piezas para su posterior reventa en otros países.

De hecho, el único de los cinco que permanece fugado, el marroquí M.A, en cuyo domicilio de Arroyo de la Encomienda fueron hallados el pasado mes de enero cerca de 12 kilos de hachís y más de 80 gramos de cocaína con un valor global que supera los 66.000 euros, la policía descubrió algunos de estos inyectores sacados de forma ilegal de la factoría de Renault, por lo que se presume su conexión con los acusados del hurto masivo de piezas de la compañía automovilística.