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Región

Más de 664.000 viviendas, a evaluación

27 noviembre, 2018 12:17

Más de 664.000 viviendas de Castilla y León--8,6 millones en España-- deberían superar el Informe de Evaluación de los Edificios (IEE) en 2018, una inspección de carácter obligatoria para los inmuebles con más de 50 años--en algunas CCAA y ayuntamientos es incluso a partir de 30 años--que examina, entre otros aspectos, su estado de conservación, su grado de eficiencia energética y sus condiciones de accesibilidad.

Así lo recoge el informe Tu Edificio en Forma, realizado por Mutua de Propietarios y el Colegio Oficial de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de la Región de Murcia (COAATIEMU), que analiza el estado del 1.718.750 viviendas que forman el parque inmobiliario de Castilla y León--25,2 millones en España--, para identificar las principales operaciones de mantenimiento que deben realizarse en un edificio, acorde a su antigüedad.

"Es necesario concienciar a los propietarios y usuarios de viviendas de que deben realizar las inspecciones, operaciones y preventivas de mantenimiento, de sustitución y de adecuación necesarias en sus edificios que garanticen su seguridad", afirma Marta Campos, responsable de Siniestros de Mutua de Propietarios.

De acuerdo con el Análisis, los edificios construidos entre 1900 y 1955, período caracterizado por desarrollo inmobiliario lento, "podrían sufrir daños en las estructuras de madera de cubierta por pudriciones debido a la filtración de humedad o por ataque de carcoma que también podría afectar a las vigas de madera de los forjados", explica Antonio Mármol Ortuño, presidente del COAATIEMU.

El desarrollo inmobiliario de la década de los años 60 y 70 unido a una ejecución menos cuidada consecuencia de una construcción acelerada, favorece la aparición de grietas en fachadas, como consecuencia de la unión entre una estructura flexible y una envolvente de componentes más rígidos como son las fábricas de ladrillo; malos olores por falta de ventilación de las instalaciones de saneamiento y deterioro de los componentes de la instalación eléctrica y el cableado, llegando en último extremo a producir incendios.

"Otros procesos patológicos destacados derivados de una producción acelerada en este periodo son la aluminosis de los elementos prefabricados de los forjados de hormigón armado y las humedades debidas a las filtraciones de agua a través de las grietas ", señala Mármol.

Entre 1980 y 1992 se produce el segundo crecimiento inmobiliario. Tras la crisis del petróleo se inicia un periodo de confianza culminado con la entrada de España en la Unión Europea en el año 1986. "Son edificios de menos de 50 años de antigüedad no siendo obligatoria la realización del IEE. No obstante, los edificios situados en la costa están expuestos a la acción del ambiente marino, lo que se ha traducido en un deterioro acelerado de la envolvente y elementos estructurales sin envolvente", explica Antonio Mármol.

En 1998, tras la crisis económica, se inicia un período de crecimiento inmobiliario caracterizado por una fuerte subida de los precios de la vivienda y una producción desmesurada en el sector de la construcción.

Grietas en la envolvente como consecuencia de movimientos estructurales, humedades por filtraciones en la envolvente y condensaciones interiores por falta de un aislamiento térmico adecuado, son algunos de los problemas que se suelen encontrar en los edificios de esta época.