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El Pucela vuelve a caer sin merecerlo

26 noviembre, 2018 00:00

El Sevilla F.C. ganó este domingo al Real Valladolid (1-0) y se encara al liderato de LaLiga Santander. Tras el primer tercio del campeonato, el equipo de Pablo Machín es el mejor de la Primera división. Eso dicen los números. Incuestionable.

Pues para ganar en el partido que le aúpa a la cúspide, el Sevilla F.C. tuvo que dar su mejor versión porque el Real Valladolid, aunque sólo tenga un día regular, obliga al contrario a no despistarse ni un segundo. Ni al contrario ni a los árbitros, que anularon dos tantos a un Enes Unal, enchufadísimo en la última media hora que jugó en el Sánchez Pizjuán, puesto que Sergio apostó en esta ocasión por Duje Cop de salida.

Unal marcó de un gran disparo a la salida de un córner, pero el juez de línea apreció que Toni, en fuera de juego, intervino en la jugada al estar en la trayectoria del balón. Y después, el turco, en posición antirreglamentaria, volvió a perforar la portería sevillista al cazar un despeje a un trallazo envenenado de Verde, que firmó otro de la misma factura que estuvo a punto de sorprender al segurísimo arquero local.

En el descuento, cuando sólo Vaklic podía evitar el empate por el que había corriendo hasta la extenuación el Pucela en la segunda parte, el arquero hizo un paradón a un remate tremendo de Unal.

No fue la parada de la tarde porque antes Masip, inspiradísimo, había sido un cerrojo en la puerta del Pucela. Sólo André Silva, a la media hora de juego, había conseguido descerrajarle un cabezazo a quemarropa para marcar a la media hora de juego el gol de la victoria de un Sevilla F.C. que fue superior al Real Valladolid en la primera parte en  ataque, que no le dejó correr cuando perdió el balón con constantes faltas tácticas y que acabó pidiendo la hora al final porque no pudo cerrar el partido en sus opciones al contraataque que le brindó un Pucela que con el paso de los minutos lo intentó con todo lo que tenía.

¿Pudo empatar el Pucela? Indudablemente. Al margen de merecimientos y legalidades (el Pucela reclamó la decisión de Del Cerro Grande en el primer tanto anulado a Unal), ese rocoso Sevilla sudó la gota gorda para sujetar las embestidas de un Real Valladolid que tuvo fe en que podía empatar y metió el miedo en el cuerpo del ahora líder. Faltó muy poco para dinamitar el liderato sevillista.