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La Virgen de los Pegotes ya es de Interés Turístico Nacional

17 octubre, 2018 19:09

La tradicional fiesta de la Bajada y Subida de Nuestra Señora de la Concepción: Virgen de los Pegotes de Nava del Rey ha logrado la declaración de Interés Turístico Nacional que ha concedido la Secretaría de Estado de Turismo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, tal y como ha informado el Ayuntamiento de la localidad.

Se trata de dos procesiones nocturnas en honor a la Inmaculada Concepción que desde 1745 se celebran en Nava del Rey los días 30 de noviembre y 8 de diciembre, en una de las celebraciones más significativas de la localidad.

La Virgen de los Pegotes fue declarada de Interés Turístico Regional en el año 2008. Seguidamente, tras los cinco años que señala la normativa, en el año 2013 el Ayuntamiento inició los trabajos de documentación, recopilación, etc. para obtener la Declaración Nacional, contando para ello con el informe favorable de la Dirección General de Turismo de la Junta de Castilla y León, atendiendo a la antigüedad y originalidad de la celebración, así como a los valores culturales de la misma.

Un arduo trabajo que, coordinado desde la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento y con el apoyo e implicación de numerosas personas y colectivos de Nava del Rey, recoge hoy los frutos y el reconocimiento nacional después de promocionar y difundir la fiesta por toda la geografía española e incluso en el extranjero.

Sin duda alguna una muy buena noticia que el Ayuntamiento de Nava del Rey valora muy positivamente pues supone un impulso a los valores y promoción de la fiesta, así como un reconocimiento a la propia localidad.

Historia y desarrollo

Las primeras referencias a Nuestra Señora de la Concepción nos trasladan a mediados del siglo XVI, fecha en la que se construye la homónima ermita en el Pico Zarcero y donde poco después se asentará el convento de San Agustín. Posteriormente, tras abandonar la ermita los agustinos, el templo retomará el culto público a la Virgen bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Cuesta o del Pico Zarcero, aumentando su devoción durante el siglo XVII con numerosas rogativas para encomendar las cosechas a la voluntad mariana; devoción que culmina en el año 1745 cuando el Ayuntamiento le vota por Patrona y acuerda celebrar perpetuamente un novenario en su honor del 30 de noviembre al 8 de diciembre, descendiendo a la imagen hasta la parroquia en solemne procesión.

La leyenda cuenta que momentos antes de esta primera celebración se declaró una tormenta que obligó a retrasar la procesión e iluminar artificialmente el trayecto con hogueras y antorchas o pegotes, de donde surge el apelativo de Virgen de los Pegotes. El resultado fue tan vistoso que el fuego perdurará en las calles de Nava del Rey a lo largo de los siglos, de ayer a hoy.

Inicialmente, la Virgen descendía en andas o carruajes cedidos por los vecinos, hasta que en 1893 se fabricó ex profeso el actual coche de caballos -costeado por la familia Pino Rodríguez- que es tirado por mulas, animal habitual en los quehaceres agrícolas de Nava del Rey. El ganado es sabiamente conducido por un grupo de muleros que retan a la gélida noche con ponche y vino añejo -ofrecido por los vecinos-. Además, es habitual que fumen puros -obsequio del Ayuntamiento desde el siglo XIX- y que luzcan un pañuelo en la cabeza para protegerse de las flamantes morceñas. Dentro del coche, igual que en centurias pasadas, la Patrona es escoltada por el párroco, el alcalde y un descendiente del donante.

‘La Bajada’ se celebra en la noche del 30 de noviembre cuando la Virgen recorre el trayecto desde la ermita del Pico Zarcero hasta la Parroquia de los Santos Juanes, alentada por incesantes vítores o vivas:

‘La Subida’ tiene lugar el día 8 de diciembre al finalizar el novenario, cuando la Hermandad Hijas de María engalana a la Virgen con mantos y joyas para comenzar la procesión de regreso hacia la ermita. Durante el recorrido, la comitiva efectúa diferentes pausas para que los fieles dediquen sus mejores piropos a la Patrona. En la calle Manuel Salvador Carmona el fuego se acompasa al ritmo de la campana conventual de las Terciarias Franciscanas; mientras, los vecinos se agrupan en hogueras para contrarrestar el frío. A la salida del casco urbano la comitiva se detendrá nuevamente para que el párroco dirija una breve alocución antes de cantar la Salve.

A partir de aquí, el discurrir procesional se aligera hacia la Pico Zarcero por la pedregosa cañada de Valdego, disparándose el fervor con la llegada a la ermita, donde el eco de los vivas es más sonoro. Después, la imagen es colocada en el altar mayor para que los fieles entonen su himno, compuesto en 1959.

Antiguamente, existía la costumbre de aprovechar las brasas de las hogueras para asar castañas, de donde nace la advocación de Virgen de las Castañas. Rememorando esta práctica, tanto La Bajada como La Subida finalizan en la Casa de Cultura de la localidad con una degustación de productos típicos y castañas asadas, ambientada con música y bailes tradicionales.