harlem globetrotters valladolid baloncesto 10

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Fascinación ante el mágico teatro baloncestístico de los Harlem Globetrotters

10 mayo, 2018 16:16
Lanzamientos imposibles, mates poderosos, malabares con el balón y una excepcional complicidad con el público. Los Harlem Globetrotters han fascinado a los más de 5.000 asistentes a su espectáculo en el polideportivo Pisuerga con la esencia de un equipo que ha trascendido los límites del deporte para convertirse en una marca reconocible de diversión y asombro a su paso.
Lejos quedan los tiempos en que fueron la punta de lanza de la lucha por los derechos civiles en el baloncesto; cuando consiguieron romper la barrera racial en la NBA en 1950, integrada solo por blancos hasta entonces. Sin embargo, mantienen ese punto irreverente y el lucimiento constante ante los Washington Generals, perpetuos perdedores en la fantasía sobre la pista.
El show no echa de menos ninguno de los lugares comunes, la mascota, la animación musical, el dinamismo y la interacción con el público en cada tiempo muerto y cada pausa de un partido convertido en una sucesión de acciones imposibles.
De la dinámica festiva se contagian rápidamente los espectadores, protagonizando cameos espontáneos con bailes y juegos. La línea de cuatro puntos, situada más allá de los diez metros del aro anima el tanteo y facilita tener una referencia de la capacidad de lanzamiento exhibida.
La defensa no es el fuerte del partido, pero nadie había venido a ver bloqueos ni defensas de ayudas. Entre ‘alley oop’ y pase por la espalda se colaban los botes prodigiosos, más visuales aún con el clásico balón tricolor.
Del derroche de potencia física, emerge el talento de Swish Young, única mujer en la actual plantilla de los Globetrotters, capaz de deslizarse por la pista manejando a su antojo el balón.
El cierre de fiesta lo pone la firma de autógrafos e infinidad de fotos a pie de pista, momento de tener cerca a los recién idolatrados y también de llevarse personalizado el colorido recuerdo del espectáculo.