radioterapia respiracion salamanca 6

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Región

Radioterapia con respiración sincronizada, una diana certera contra el cáncer

31 marzo, 2018 05:02

El hospital de Salamanca cuenta con uno de los servicios de Oncología Radioterápica mejor dotados de España. A los aparatos de última generación y profesionales con conocimientos de primer nivel se unen nuevas técnicas que permiten mejorar el tratamiento sobre los pacientes. Es el caso de la radioterapia con respiración sincronizada, única en Castilla y León, que aumenta notablemente la precisión del tratamiento sobre los tumores.

El primer paciente se está tratando ahora, llega desde Segovia con una metástasis hepática en un lugar muy complicado para operar. “Aplicamos dosis de radiación muy altas y para tener la seguridad de que el hígado no se mueve necesitamos esta sincronización respiratoria. Podemos irradiar la metástasis hepática cuando no se está moviendo y así la precisión es mayor”, explica Luis Alberto Pérez Romasanta, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica.

Esta técnica se va a aplicar en cáncer de mama, de pulmón en estadios precoces y en tumores hepáticos, porque el hígado, al estar situado debajo del diafragma, también se mueve considerablemente con la respiración. Y se hará gracias a la actualización financiada por la Fundación Amancio Ortega, que permitirá adquirir también nuevo equipamiento y la renovación de un acelerador en el año 2018 y otro en el 2019.

La mama, el pulmón y el abdomen superior se mueven, mientras el paciente respira. Hasta ahora los oncólogos han tenido que planificar la radioterapia sobre una zona más amplia de la ocupada por el propio tumor, alcanzando una cantidad variable de tejido sano. Los daños colaterales en esos tejidos pueden no detectarse hasta los quinces o veinte años posteriores por ejemplo en forma de fallos cardíacos. Con esta técnica se logra reducir el daño en el tejido sano y mejorar la calidad del tratamiento sobre el tumor.

¿Cómo es el proceso?

Una sesión de radioterapia con respiración sincronizada, resumida y explicada en el vídeo adjunto, puede durar en torno a media hora (de momento en Salamanca se acerca más a los 45 minutos, hasta que se adquieran una serie de pautas y hábitos). El tratamiento completo está compuesto por tres a quince sesiones en función de los casos.

El paciente respira por una boquilla conectada a un espirómetro, mientras visualiza el ritmo y la amplitud de su respiración en unas gafas digitales. Es necesario ocluir la nariz con una pinza de manera que todo el aire que respira queda registrado en el espirómetro digital y éste va trazando una gráfico de cuánto aire hay en los pulmones en ese momento.

Las gafas digitales conectadas al ordenador del espirómetro son fundamentales para mostrar la señal del espirómetro al paciente. Así, la gráfica que el equipo médico ve fuera de la sala también es percibida por el paciente, de modo que sabe en qué momento del ciclo respiratorio se encuentra.

En cada sesión de tratamiento, los técnicos de radioterapia deben posicionar el tórax y la parte superior del cuerpo del paciente exactamente como en la sesión de planificación. “Es muy importante que el paciente esté en la misma posición que en la sesión de planificación o simulación”, explica Alicia Corvo, técnico en radioterapia.

La máquina tiene unos sistemas de imagen que permiten comprobar si el paciente está en la posición adecuada, y una vez verificada la posición, el acelerador lineal puede irradiar el tumor desde múltiples ángulos. En el ordenador se reciben las imágenes de TAC obtenidas en la sesión de planificación y se comparan con las imágenes obtenidas por el acelerador lineal en la sesión de tratamiento. Comparando ambas imágenes, el ordenador calcula los desplazamientos necesarios para conseguir la perfecta correspondencia y corregir el error de posicionamiento si lo hubiere, generalmente unos pocos milímetros.

Una vez que las imágenes casan perfectamente en los planos axial, sagital y coronal, ya se puede iniciar el tratamiento. El paciente ve cómo está respirando y en un momento dado recibe una señal luminosa en sus gafas digitales (se enciende un semáforo verde), momento en que debe mantener la respiración durante unos segundos con una amplitud también señalada en las gafas mediante una banda de color verde. Todo está sincronizado con el acelerador lineal, de manera que cuando el paciente alcanza la banda verde se inicia la irradiación y si tuviera algún apuro y necesitara respirar, entonces la irradiación cesaría. Completado el primer segmento del tratamiento, se deja descansar al paciente unos segundos y se ataca el siguiente segmento hasta administrar toda la dosis programada para ese día sobre el tumor.

En el inmediato futuro se pondrán en marcha otros avances que por ejemplo, en cáncer de mama, permitirán reducir un tratamiento postoperatorio de quince a veinticinco sesiones diarias a veinte minutos en el quirófano. “Va a ser impresionantepoder realizar la radioterapia en el quirófano, evitando que la paciente tenga que venir aquí para recibir la radioterapia. La sensación de la paciente de que ya ha superado dos etapas importantes, la cirugía y la radioterapia, en el proceso de su curación cuando sale del quirófano va a ser muy beneficiosa por permitirle reincorporarse a su vida normal con antelación”.

El Servicio de Oncología Radioterápica, gracias al soporte brindado por el Servicio de Radiofísica Hospitalaria y a la coordinación multidisciplinar oncológica del Hospital, seguirá apostando por brindar una atención sanitaria “de calidad y calidez”, en palabras de su responsable. Recientemente este Servicio ha sido premiado por la Asociación Española Contra el Cáncer por su “calidad humana y atención al paciente”. Conjugar los avances tecnológicos con la proximidad al paciente parece ser una realidad en el hospital de Salamanca, con clara vocación de situarse a la vanguardia del tratamiento oncológico.