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Traveler te explica cómo ligar con un leonés

4 marzo, 2018 13:44

¿Intentas ligar con un leonés o una leonesa y no terminas de triunfar? Si estás cansado de enfrentarte al duro reto de conquistar a un ciudadano del viejo Reino, la revista digital Traveler te ofrece los 20 trucos necesarios para ligar con un leonés, que detallamos a continuación:

1. Lo primero que has de saber es que en León no se estila ligar, se llevan los FLECHAZOS. En serio. Cualquier día en cualquier bar puedes acabar bailando en pareja al ritmo de Viviendo en la era Pop.

2. Si no sabes de lo que te estoy hablando, mejor no utilices la expresión: "¿nos conocimos en el Purple, verdad?"

3. Es preferible que te limites a explicarle los grados de separación que os conectan (seguramente nunca pases de tres y Kevin Bacon sea el centro del universo en el cuarto grado): “Estudié con tu primo en el Juan de la Encina”, “Esta chica con la que ‘whatsappeas’ es la cuñada de mi hermana”, etc...

4. Un consejo: no hagas esto último si no eres de León, de verdad que no todos conocemos a ese tal “Juan que vive en Ordoño”. Aquí necesitamos alguna información más sobre el linaje.

5. A un leonés no es obligatorio gustarle, con que le prestes un poquito será suficiente para que quiera quedar contigo.

6. Eso sí, no esperes que te regale algo o que quedéis para tomar café: te llevará un detallín y te invitará a un cafetín (demostrarás tu interés si tú también le echas unas gotas para convertirlo en carajillo; lo del palillo en la boca durante tooooooda la sobremesa solo es exigible a los descendientes de Guzmán el Bueno).

7. Así que olvídate de dormir la siesta, seguramente acabes tomando copas mientras el resto juega la partida, porque sí, en Léon se sigue jugando a las cartas más allá de la cafetería de la universidad.

8. Trátales como auténticos pioneros, que al fin y al cabo es lo que son: fueron hipster antes que nadie con sus jerséis gordos de lana con grecas navideñas, llevan años comiendo hummus en el brunch de los domingos gracias a las sobras del cocido del sábado de sus madres (y suegras, no lo olvides) y, si vamos mucho más allá, crearon la democracia en marzo de 1188.

9. Pero no te confíes, aquí la Lucha leonesa es un deporte, y puede que también un modo alternativo y poco pacífico de solucionar los conflictos.

10. Sí, y también matamos… judíos en Semana Santa. En vez de poner cara de póker al escuchar esta expresión tan poco políticamente correcta, únete al grupo de sus amigos y pide una ‘limonada’ en cada bar al que vayas.

11. Porque si pretendes ser pareja de un leonés, lo primero que has de saber es que nunca tendréis un bar de referencia, sino diez, o los que os de tiempo a visitar durante la hora de los vinos (acción que no se ha de desarrollar necesariamente en tan solo 60 minutos ni ha de disfrutarse siempre a base de vinos: también se permite pedir cortos -de cerveza-, cortos con gas, un clarete o un butano si eres abstemio).

12. En este punto es en el que sale a relucir la importancia del género al que pertenezca el leonés a conquistar, ya que si es chico le llevarás de cortos, pero si es chica la llevarás de cortos.

13. En cuanto al vino, únicamente existen dos formas de hacerlo bien: pide un Bierzo o un Prieto Picudo. Si no te gusta el vino al uso, estás de suerte: con un Esencia 27 o un Impresiones saldrás airoso del embrollo (hubo un tiempo en el que se ligaba a la italiana invitando a Caneis, pero para frescos ya están los leoneses).

14. Nunca, repito, nunca, invites a un leonés a morcilla de Burgos (de arroz), es una contienda similar a la existente entre sendas catedrales. Esto lo suelen arreglar de varias maneras: votando por internet, de cortos discutiendo acaloradamente con sus hermanos castellanos o bien haciendo deporte (véase el punto 9 sobre la lucha leonesa).

15. Sabrás que eres su tipo si, por ti, accede a entrar a La Bicha a que pruebes la morcilla más famosa de la ciudad. Solo en este caso sería capaz de aguantar estoicamente la bronca del iracundo dueño por cosas tan nimias como cambiar un servilletero de sitio.

16. Puede que te funcione la técnica de invitarle a cenar, porque en León las tapas son gratis. Eso sí, si has reservado en un restaurante de cocina creativa, es importante que le avises con tiempo para que antes de ir se coma un bocadillo de chorizo o le habrás perdido para siempre.

17. O puedes ganar puntos consiguiendo mesa en el restaurante de moda, ya sea el Becook, el Zielo o el niMU Azotea, por más que sigas prefiriendo la morcilla contundente y no con aspecto de lingote de oro.

18. Si eres chica y quieres integrarte, olvídate de salir de casa en verano –sea la hora que sea– tan solo con el bolso en una mano: es imprescindible llevar siempre una ‘chaquetina’ en la otra. No, no es que aquí haga frío de día, todo lo contrario, es que nunca sabes cuando acabará la hora de los vinos y al amanecer sí que refresca.

19. Este consejo se suma al anterior: si vas a ir a las fiestas de su pueblo, no te olvides de las botas y la cazadora. Sujetar las copas al aire libre por fin dará sentido a esos guantes sin dedos que nunca hasta ahora habías utilizado. Y si el verano viene frío… puede que también descubras que es posible hacer un botellón sin hielos.

20. El domingo, rastro y vermut. Amén.