Opinión

Ya no sabemos levantarnos ...

2 febrero, 2018 19:35

Después de tantos años de mentiras, la clase política ya no engaña a nadie. Han perdido toda la credibilidad. Muchos tienen los días contados, y no es que hoy lo digan las encuestas, lo dice el cansancio ciudadano, eso no lo pueden tapar. No hay que ser muy listo ni un fuera de serie. Son muchos los que han hecho mucho daño a la democracia de este país, a su economía, a la educación y lo que es peor a la conciencia y a los modos sociales de los ciudadanos.

No se va a crear más empleo serio, pues los empresarios siguen sin recibir financiación, y las familias tampoco por lo que no se consume, ni se recauda. Los contratos a media jornada o por horas son los que están de moda. Una tapadera para dar de alta a los trabajadores, y hacerlos trabajar por más horas en B, o sin B, por nada, por lo tomas o lo dejas que otro vendrá, y ya se verá... Las PYMES vuelven a ser empresas familiares, en las que uno está dado de alta, y en que todos desde el abuelo y los hijos vuelven a estar ahí, porque no se pueden pagar sueldos ni contratar personal. La ineficacia en la gestión de la crisis desde 2007, ha ido destruyendo empleo, empresas y lo peor vidas, familias, y el futuro de gran parte de los jóvenes de este país.

Cada vez más se opta, parece que sí o sí, por la economía sumergida o semisumergida, por ir en submarino al final, y el trueque, porque no se puede hacer otra cosa, incluso por el abandono. El dinero líquido escasea, incluso para pagar los impuestos, y cada vez menos para los gastos del día a día, las averías, los coches, el colegio, la comida, la casa, etc. Nos hablan de soluciones mágicas por parte de conferenciantes, contertulios, ministros y gentes distraídas, además de los entes recaudatorios; nos hablan de que existe dinero oculto y que ya aparecerá, aunque en realidad sabido es que está en paraísos fiscales en manos de los de siempre y en los de la moto que llevan decenios engordando a sus familias y cuentas foráneas, y, sin olvidarnos, de la delincuencia organizada que es al final donde van a parar los billetes de 500 euros. Como decía el poeta si escribes con tinta te acabas manchando los dedos.

Nos siguen hablando de estadísticas, cada vez más mal maquilladas, nos hablan de que se venden más automóviles, pero no sabemos en donde o en referencia a qué otros números, soflamas que son una tapadera. Si se vendía uno y este año vendemos dos es fácil afirmar que se ha duplicado la venta de automóviles, pero la cantidad es una risa sigue siendo dos. La realidad es que muchos ya vuelven  a ser peatones a la fuerza o ciclistas, pues ni para el autobús les queda. “Bicicleta hombre!”... hay que ser ecologistas, que el cambio climático te ataca, aunque trabajes a 10 km de tu trabajo, pedalea que es bueno y se te quita el cabreo. Cada día son más los que van andando por los arcenes a trabajar. Se ve a mucha gente que se pega unas panzadas kilométricas para ir a trabajar por las mañanas, estudiantes incluidos, que con el dinerillo del autobús se toman el café, o a asistentas o empleadas domésticas, amas de casa por los arcenes con las bolsas contemplando los descampados de nuestra Castilla camino de no se sabe donde...

Es jocoso oír decir a algún político o candidato que disminuye el paro en regiones como Castilla y León gracias a la gestión de sus políticos. La respuesta la sabemos todos, es porque la población está emigrando a trabajar a otras regiones como Madrid, la costa y el extranjero, sin olvidarnos de los fallecimientos. Todos tenemos sobrinos, primos, y familiares que se tienen que ir. Castilla y León se despuebla y envejece porque no se han sabido seguir políticas de arraigo a la tierra al no crearse las oportunidades de trabajo para su gente. Algunos deberían afeitarse la barba, peinarse, cortarse la coleta y lo que es peor lavarse si quieren ser representantes de los ciudadanos, como mínimo, algo de empleo crearían, porque el que se levanta sin asearse poco aseado será con los asuntos de los demás.

Castilla y León corre el camino de convertirse en la España en escombros. Los cuales cada día adornan más nuestros pueblos. Las gentes parece que importamos poco. La estafa cotidiana en todos los aspectos de la vida que nos rodea, avanza un día si y otro también, y la saben adornar bien de inoperancia y de una soberbia como nunca se ha conocido. Estafas de todo tipo, pelaje y condición, y más estafas lo mires por donde lo mires.

Lo peor es que los nuevos políticos que quieren o intentarán representarnos, no vendrán del mundo laboral, pues no podrán haber trabajado fuera de la política, ni van a trabajar. Estarán metidos en clientelismos partidistas de los de siempre, en los que al final tan sólo se trabaja, y se hacen méritos para mantenerse en el poder a costa de un pueblo cada vez más abandonado a su suerte. Su única experiencia.

A día de hoy nos seguimos preguntando si quienes gobiernan nuestros destinos en verdad han sabido defender la constitución, a sus votantes, y a los españoles. Una vez más somos víctimas de un país que no tiene referentes de país. La civilización occidental de Roma y Grecia, pasó a España y de ahí a todo el mundo, y porque no, al universo. Nos hacemos valer poco. Benditos españoles y castellanos que ya han perdido todo su valor y sangre para levantarse contra tanta desidia, que flaco favor hacen a los que les representan y a los que les gobiernan.