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Región

El Real Valladolid, conejillo de indias de Tebas

22 enero, 2018 14:02

La extravagancia y lo surrealista cada día es más habitual en el fútbol moderno. Fichajes desorbitados, movimientos inesperados y clubes que acaban siendo víctimas de sus propios tratos, con los aficionados como últimos en la cadena de importancia. Sin embargo, también hay espacio para las grandes acciones, esas que hacen creer en los valores que puede tener un noble deporte.

El Real Valladolid demostró que se puede, proyectando una campaña de sensibilización y recaudación de fondos contra la leucemia infantil. Una gran acción, acogida en la ciudad y fuera de sus fronteras, y apoyada por la sociedad. Un enorme gesto que se refrendó con la victoria en el encuentro ante el Sevilla Atlético. Pocos esperaban la sucesión de acontecimientos del domingo.

Una marioneta más

El nombre de Nouh Al-Mousa ya les sonará a muchos de ustedes. Al final, el jugador ha terminado siendo una mercancía. Un producto. Una víctima más. Y puede que sea un extraordinario centrocampista, puede que tenga carencias y virtudes, o puede que no juegue ni un solo minuto con la camiseta del Real Valladolid. No se puede señalarle a él ni a sus ocho compatriotas.

Pero el anuncio de su fichaje sorprendió. Y mucho. Porque nadie en su sano juicio podría tener en mente que Miguel Ángel Gómez estuviera sondeando el mercado de Arabia Saudí para sustituir a Sergio Marcos. También sorprendió por las formas en las que se confirmó, anunciando una colaboración con Arabia Saudí para proyectar su fútbol y dar al Real Valladolid visibilidad en el país. Y porque poco a poco, fueron sumándose saudíes a diferentes equipos de España.

Levante, Leganés, Rayo Vallecano, Numancia, Real Valladolid y Sporting. Y algunos por partida doble. Curiosa la situación del conjunto asturiano, que anunció el fichaje en Twitter equivocándose de nombre, anunciando la llegada del equipo de origen de su nuevo jugador saudí, y no el del propio futbolista. Sinónimo de que ni el propio Sporting sabía lo que estaba fichando.

Todo esto se produjo en una gala casi clandestina, desconocida hasta que la LFP informó de ella en su portal, en la capital de Arabia Saudí, con los presidentes de todos los clubes nombrados y los futbolistas protagonistas. Al más puro estilo Draft de la NBA, pero a buen seguro que sin el trabajo de scouting que hay detrás en ese evento. Podría decirse que fue más cita a ciegas que otra cosa. Llegar, conocerse y firmar.

Estos equipos han sido los conejillos de indias de Tebas, deseoso de proyectar su marca por todo el mundo. Hasta ahora, había sido con partidos amistosos, encuentros con aficionados y situaciones que no incidían en lo meramente deportivo más allá de un incómodo viaje a alguna región lejana. Pero ahora, el titiritero de la Liga ha metido la mano en seis equipos que, por una buena cantidad, todo sea dicho, han aceptado ocupar una ficha con un jugador que seguro merece una oportunidad, pero no de esta manera.

Al servicio de Tebas

A pocos se les debería escapar la buena relación de Carlos Suárez con Javier Tebas. Son amigos, es un hecho. Por eso, seguro que había muchas papeletas para que al Pucela le tocara ser partícipe de esta truculenta operación. Y se hace más extraña, recordando lo vivido no hace muchos meses en el último periodo de fichajes.

Mientras Tebas criticaba a oídos de todos el fichaje de Neymar por el PSG, alegando dopaje financiero por parte del club parisino con su ya conocido Jeque; el mandamás de la Liga trabajaba en silencio en este trato con la Federación Saudí que a buen seguro engordará más sus arcas. Críticas, a una situación, mientras en los despachos de los que tejen los hilos del fútbol español se trabajaba para lo mismo. Para el dopaje financiero.

Y en todo esto es culpable y víctima el Real Valladolid. Culpable por participar, por tender su mano a un movimiento que condiciona lo deportivo; pero también víctima por ser un peón más de Tebas, uno más en una operación que aunque la vendan como colaboración para mejorar el futbol saudí y la repercusión española en su país, solo es para ganar dinero y engordar los bolsillos de los que pueden. Sin olvidarse de los futbolistas, señalados ya antes de tiempo; y de los aficionados, engañados con incorporaciones hechas desde el salón de un hotel de cinco estrellas. Al final, siempre pierden los mismos.