Opinión

Alivios, cuchillos y fotos

21 enero, 2018 10:00

Segunda semana de 2018. La del frío y la nieve, constantemente pendientes de los partes del tiempo y de los avisos de la Dirección General de Tráfico, la que nos propone llevar un dispositivo antinevadas que ocupa todo el maletero. Que nos financie también otro coche o un chófer, ya de paso. Es lo que tiene poner al frente de departamentos públicos a personas que no tienen ni idea de lo que deben gestionar. Las consecuencias de la amigocracia, donde prosperan los pelotas y correveidiles, en lugar de la tecnocracia que acostumbran otros países.

Semana también en la que se presentó en Salamanca el libro de la lucha de la Guardia Civil contra ETA, obra de un hijo de salmantinos, el coronel Manuel Sánchez, jefe de la Unidad Central de Operaciones, la famosa UCO que tanto atemoriza a los políticos. Será por eso que no se vio a muchos en un abarrotado teatro de EspañaDuero, no sea que los guardias civiles allí presentes le tomaran la matrícula. Acto, por cierto, donde posó más incluso que el autor del libro otro salmantino, el televisivo José Pinto, ganadero de profesión pero enciclopedia andante y conocido por su brillante paso por los concursos ‘Saber y ganar’, de La 2 de Televisión Española, y ahora ‘Boom’, en Antena 3.

Comenzó la semana con el alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco, afirmando en rueda de prensa que desde que es presidente del Partido Popular de Castilla y León, el PP está más fuerte, reclamando al mismo tiempo un paso delante de los más valientes para afrontar las elecciones municipales y autonómicas de 2019. Él asegura que lo es, y a partir del verano espera ser candidato del PP a presidir la Junta de Castilla y León. Será entonces cuando decida si lo compabiliza o no con ser alcalde. Va a ser que no, así que ya está listo el valiente que lo sustituirá temporalmente.

Para el resto de los mortales quedan aún demasiado lejos estos comicios, pero para la especie política ya están a la vuelta de la esquina, porque vayan restando: elecciones en mayo de 2019 (o junio, si se unen a las europeas, que los tríos están de moda), precampaña desde marzo, candidaturas casi cerradas a comienzos de año, principales candidatos en otoño de 2018, candidatos de las comunidades autónomas este verano, y como ya estamos casi en Carnaval y después llega la Semana Santa, pues eso, que ya es hora del “qué hay de lo mío” y del “quien se mueva en la foto no sale”.

En el PP van a volar los cuchillos (en el PSOE también, no se crean), teniendo en cuenta que se prevé una pérdida de la mayoría absoluta por el efecto de Ciudadanos y además hay menos procuradores en liza, tres, uno de ellos en la provincia de Salamanca. ¿Por qué? Pues porque hay menos habitantes y el número de representantes públicos lo marca el padrón. Y vaya, despoblación que la izquierda decía que beneficiaba a los populares, porque emigran sus votantes jóvenes, ahora se vuelve en contra de las gaviotas en un vuelo de ida y vuelta. Por cierto, hablando del censo, dicen que un importante político popular se acaba de empadronar en Salamanca, trasladando su residencia oficial. ¿Simple casualidad o segundas intenciones?

Fíjense si estamos en periodo preelectoral que hasta un asunto tan polémico como la alegalidad urbanística del sector de El Corte Inglés ha encontrado esta semana una solución tras el acuerdo entre PP, PSOE y Ciudadanos. Vaya, otro trío, que no tripartito. Si todos comienzan a mirar por los intereses generales para no disgustar al electorado en lugar de anteponer sus intereses partidistas en busca de desgastar al rival, bienvenidos sean todos a la normalidad y al diálogo, esa palabra tan en boca de los políticos pero tan poco practicada y transformada después en hechos.

A ver si ahora se ponen de acuerdo en mejorar la situación de los empleados públicos, cada vez menos en la provincia de Salamanca, sobre todo de la sanidad pública. Y aunque los datos de la lista de espera han mejorado en los hospitales charros, el total de pacientes y la media de días de espera continúa siendo la más alta de todos los hospitales de Castilla y León, y con gran diferencia. Porque todos estos números son personas, que nunca se olvide eso.

Soluciones son las que está ofreciendo ya el nuevo rector de la Universidad de Salamanca, Ricardo Rivero, que continúa con todo tipo de reuniones para hacer realidad su programa electoral. Hechos, y no fotos, que dicen no quiere verlas, sino pruebas de su gestión (las dos únicas enviadas a la prensa han sido por personas con las que se reunió, PSOE e Iberdrola en este caso, no por su gabinete). Menuda diferencia con el que fue su rival en las elecciones, Juan Manuel Corchado, que convocada hasta para ir a por el pan y tras su paso como vicerrector podría tener toda una habitación repleta de álbumes. ¿La tendrá? Supongo que serán más bien 'pendrives' y discos, por aquello de que era el encargado de la investigación y la tecnología.

De momento, esta semana Rivero ya ha aumentado el dinero para becas a estudiantes de grado y ha cerrado la estructura para gestionar el Octavo Centenario, con Julio Cordero como nuevo director de esta oficina, pero sobre todo con un tándem exitoso que vuelve a unirse para demostrar lo que ya consiguió en 2002 con la Capitalidad Cultural Europea de Salamanca. Sus entonces coordinadores, Enrique Cabero y Alberto Martín Expósito, son ahora vicerrector del Octavo Centenario y encargado de su programación cultural, respectivamente.

Pero sobre todo se ha hablado esta semana de un vídeo grabado recientemente en el hospital Clínico, difundido a través de la aplicación de mensajes WhatsApp más que el virus de la gripe estomacal que tantos estragos está causando en Salamanca (un servidor ha podido hablar por teléfono con el autor del vídeo y dar fe de cómo se produjo la secuencia). Vídeo en el que al parecer una pareja de trabajadores sanitarios mantienen un encuentro sexual. Lo cual me recuerda a aquel concejal que fue pillado por un superior en un baño copulando con quien no era su mujer, o aquella pareja de políticos masculinos, uno de ellos con mujer e hijos, también en actitudes muy cariñosas lejos de Salamanca, donde intentaban pasar desapercibidos pero terminaron siendo vistos por un pajarito charro. Pero bueno, eso queda para su intimidad, que cada uno es libre y dueño de sus actos. Se dice el pecado, pero no el pecador. La próxima semana, les prometo más madera.