El Real Valladolid se reencontró con la victoria a domicilio y sumó tres puntos de oro en el Mini Estadi. Un solitario gol de Jaime Mata, imparable, sirvió para que el Pucela derrotara al filial azulgrana en un partido poco vistoso pero con final feliz. Aquí solo se divierte el que gana y todos los blanquivioleta, jugadores y aficionados, sonrieron cuando acabó el encuentro.

Los dos equipos ofrecieron planteamientos diferentes a los habituales. El Barcelona B presentó una defensa con tres centrales y el Real Valladolid juntó líneas y se replegó a la espera de un error del rival. Anuar saltaba a la presión en muchas ocasiones por delante de Mata y el equipo dificultaba mucho la circulación de balón azulgrana, pero no era capaz de hacer daño al rival.

Todos los jugadores se vaciaron en defensa. Un derroche físico excepcional que, para alegría de los pucelanos, tuvo su premio en la recta final del encuentro. Hervías sirvió un gran balón desde la derecha y Mata firmó un testarazo colosal para sumar su decimonoveno gol en Liga. Una auténtica barbaridad.

Gol, portería propia a cero y, por fin, victoria lejos de casa. El nuevo planteamiento de Luis César consiguió lo que buscaba y el Real Valladolid suma 32 puntos en la tabla, tres más que en la primera vuelta a estas alturas.