Las distintas cofradías que procesionan el Jueves Santo en Zamora capital ofrecen a los miles de zamoranos y visitantes instantes llenos de emoción que no dejan indiferente a nadie y que querrás volver a ver, fotografiar, grabar… en definitiva, los querrás llevar contigo para siempre.

La Cofradía de la Virgen de la Esperanza inicia la mañana con un momento impresionante, su salida del convento de las Dominicas Dueñas al son del himno de España, pero no será el único instante por el que merece la pena madrugar, pues su paso por el Puente de Piedra, o la subida de Balborraz al son de La Saeta son dos de los instantes de obligada presencia. El final del recorrido, con todas las damas cantando La Salve a la Virgen también es sobrecogedor.

La Cofradía de la Santa Vera Cruz ‘Disciplina y Penitencia’ es especial por sí misma más allá de donde la quieras ver, pues solamente contemplando la calidad de las tallas que procesionan narrando la Pasión de Cristo deja fascinado al público. Pero si hay un momento clave es la entrada de los pasos en la Catedral a ritmo de las distintas marchas que tocan las bandas de música que los acompañan y la posterior merienda para cargadores y cofrades para coger fuerzas, pues todavía queda el camino de vuelta.

Por último, la Penitente Hermandad de Jesús Yacente cerrará el intenso día con uno de los momentos que traspasan fronteras y que más promocionan la Semana Santa de Zamora, el canto del Miserere en la Plaza de Viriato, un canto sobrecogedor en el silencio y la oscuridad de la noche digno de vivir al menos una vez en la vida y que congrega a miles de personas que quieren presenciarlo. Algo que no se puede contar, que hay que vivir.

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