Agentes de Policía Nacional han detenido a un varón de 25 años y a una mujer de 19, ambos con antecedentes, como presuntos autores de un delito de estafa, por la adquisición fraudulenta de un terminal telefónico de alta gama y su posterior venta.

Ambos detenidos se considera que forman parte de un clan familiar dedicado a la comisión de hechos de esta modalidad delictiva, consistente en la adquisición de teléfonos de alta gama anunciados por Internet, que acuerdan por un precio determinado con el vendedor, simulando mediante el envío de mensajes el ingreso de la cantidad acordada, ingreso que es ficticio, vendiendo posteriormente los terminales recibidos por empresas de transporte, en establecimientos de compraventa de efectos de segunda mano.

En esta ocasión, la estafa por la adquisición ficticia del teléfono fue denunciada en el Puesto de la Guardia Civil de Daimiel (Ciudad Real) y la venta del mismo, por la cantidad de 630 euros, se efectuó en un establecimiento de compraventa de efectos de segunda mano, donde en un control de inspección ha sido detectada por los agentes. En la denuncia la víctima manifestó que también le exigieron el ingreso posterior de 485 euros, con destino Nigeria, por el error cometido al ingresar mayor cantidad del precio acordado y así poder desbloquear la transferencia.

Los dos presuntos autores, como otros siete miembros del clan, ya han sido detenidos por hechos de similares características en esta ciudad. Las repetidas detenciones han propiciado que sean bloqueados en las tiendas de compraventa y que las agencias de transporte, cuando sospechan que algunos envíos están relacionados con sus integrantes, contacten con el remitente al recibir los paquetes, advirtiéndoles que pudieran estar siendo objeto de una estafa, logrando con ello la anulación de los envíos y el rescate de los terminales antes de ser entregados.

La investigación es continua, al detectarse por los mismos motivos expuestos, que están introduciendo en el grupo a personas afines que no levanten este tipo de sospechas y poder continuar con la actividad delictiva.