La historia se repite, el partido ante el Sevilla ha sido una reposición de algunos de los errores que más están penalizando al Real Valladolid esta temporada. Falta de contundencia, incapacidad de marcar un gol, perdonar ocasiones y acabar pagándolo con crueldad, en la recta final del partido, allí donde se ha diluido demasiadas veces el Pucela esta campaña. Tras una gran primera mitad, el equipo de Sergio González no pudo romper el empate inicial que si doblegó el Sevilla cuando el partido enfilaba la recta definitiva.

El partido tenía un claro carácter trascendental y el Valladolid salió al césped con el gol entre ceja y ceja. Así lo demostró Guardiola, con dos balones al área en los primeros diez minutos, en uno a punto estuvo de llegar Anuar. La más clara en el inicio fue para Plano, con un potente disparo que detuvo Soriano.

El Pucela encontró un filón por la banda derecha, con un incisivo Keko y la complicidad de Plano y Guardiola en la continuación de las jugadas. Los locales ganaban con facilidad la espalda de la zaga, pero la definición no contaba con esa precisión. Falta de comunicación, mala selección de la finalización de las jugadas y el exceso de ansiedad penalizaban a los de Sergio González.

El Real Valladolid perdonó en la primera media hora y en el minuto 32 llegó el gol del Sevilla en un córner rematado por Ben Yedder. Sin embargo, el árbitro lo anuló por falta trás consultar el VAR y el público de Zorrilla lo celebró como si fuera un gol del Pucela, con cierta sorna por el historial del videoarbitraje con los blanquivioletas.

En el descanso aparició la lluvia en Zorrilla al tiempo que el riego acondicionaba la zona ofensiva del Valladolid. El Sevilla salió a la reanudación con la intención de demostrar porqué aspira a un puesto europeo esta temporada. Acorraló al Pucela en las inmediaciones de su área y bombardeó la portería de Masip con jugadas de banda a banba que no lograban concretar un peligro excesivo.

En la recta final, el Valladolid volvió a mostrar sus mayores carencias. Roque Mesa, que había saltado al campo en el minuto 80, sólo necesitó cinco minutos de juego para protagonizar la acción del partido, zafándose de varios jugadores del Pucela, recorriendo el área en paralelo a la portería de Masip y eligiendo el momento exacto para disparar y superar al meta local.

Con el 0-1 y pese a la entrada de Verde y Ünal, el Pucela siguió sin encontrar el gol, el equipo se volcó a la ofensiva y lo único que alcanzaron los jugadores de Sergio fue un desenlace aún más cruel, con una contra del Sevilla que permitió a Munir sentenciar el choque con el 0-2.

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