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Chapu Apaolaza: “Los toros crean una sociedad mejor”

14 febrero, 2019 19:44

La Fundación Toro de Lidia nació para defender la tauromaquia en toda su expresión y combatir a asociaciones y movimientos antitaurinos. Para conocer mejor quiénes son, su forma de trabajo y sus opiniones personales respecto a este debate, en NoticiasCyL charlamos con Chapu Apaolaza, periodista y portavoz de la Fundación Toro de Lidia.

Pregunta. ¿A qué se dedica la Fundación Toro de Lidia?

Respuesta. La Fundación Toro de Lidia se dedica proteger, normalizar y defender la fiesta de los toros. Es un paraguas, un escudo que está por encima de la fiesta de los toros para protegerla ante todos los intentos censores y ataques. Están presentes los aficionados y todos los estamentos: profesionales, banderilleros, picadores, ganaderos, etc.

P. ¿Cómo se puede formar parte de la Fundación Toro del Lidia?

R. Hay varias maneras para sumarse al movimiento. Una de ellas es hacerse ‘amigo de la fundación’, donando unos 50€ al año, cualquiera puede hacerlo y formar parte del apoyo a la Fundación del Toro de Lidia.

También hay donaciones de empresas que son más importantes. Y los profesionales donan una parte de sus beneficios, proporcionalmente a su actividad. Pero cualquiera puede formar parte. El músculo de la Fundación de Toro de Lidia es muy diverso. También existen capítulos que van abriéndose en las provincias.

P. ¿En qué momento se encuentra la fundación?

R. La fundación durante el último año se ha hecho muy grande gracias al trabajo. Se están abriendo esos capítulos en todas las provincias en los que los aficionados trabajan a pie de calle, adaptando los objetivos de la fundación a la defensa de los toros locales. Se está haciendo un gran trabajo en la influencia política, para que los partidos formen parte de la defensa de los toros y los protejan, como es su deber.

Se están abriendo una red de asociaciones culturales taurinas en las universidades. Hemos abierto un proyecto de recuperación de plazas de toros, para recuperar pequeñas plazas que se habían perdido, poner en la mano de los aficionados todas las herramientas que necesiten y hacer novilladas.

Foto: Fundación Toro de Lidia

Hemos tenido también resultados judiciales a batallas que han sido largas y se ha dado la razón a lo razonable: que ninguna comunidad autónoma pueda prohibir los toros como hizo Cataluña; que ninguna comunidad autónoma pueda modificar la tauromaquia y la cultura popular a su gusto para hacer prohibiciones encubiertas como se ha hecho en Baleares; que los ayuntamientos no puedan poner trabas delirantes y absurdas para prohibir los toros de facto y no programar toros en su localidades. La batalla por los toros está en un momento bonito porque se empiezan a ver los resultados.

La sociedad está empezando a comprender que no es un asunto de toros sí o toros no, sino que están en juego conceptos fundamentales de la sociedad. Los toros vienen a proteger la sociedad frente al animalismo feroz que pretende terminar con la gastronomía, nuestra manera de relacionarnos con los animales, con la vestimenta, la hípica, la ingesta de carne, la ganadería o el mundo rural. Además, el debate de la libertad. Los toros son una última frontera ante la censura cultural.

Se están empezando a ver los frutos, es un momento muy bueno para nosotros y esperanzador. Queda mucho trabajo por hacer. El enemigo que viene a destruir esta sociedad es muy poderoso. Las diez principales asociaciones animalistas antitaurinas de Estados Unidos manejan presupuestos de mil millones de dólares al año, dedicados a cambiar sociedades como la mediterránea. Pero tenemos esperanza, fuerza e ilusión.

P. Han llevado a cabo unos proyectos para recuperar plazas sin uso, ¿cómo valora estas acciones? ¿Qué resultados han dado? 

R. Tenemos proyectos muy interesantes. Mucha gente nos dijo que era muy difícil, pero lo que hemos conseguido nos hace dejar de creer en los imposibles. Ponemos en manos de aficionados toda la potencia jurídica y financiera para ayudar a que se recuperen plazas de toros por medio de comisiones de aficionados que decidan la fiesta que quieren celebrar. Que los toros vuelven a los sitios donde han sido prohibidos. Es un camino que se empieza con un paso corto, esto irá a más.

P. ¿Qué supuso el discurso de Victorino Martín en el Senado?

R. El acudir al Senado a dar el punto de vista de la tauromaquia en una comisión de cultura es muy importante. El presidente expuso con mucha claridad la fiesta de los toros y las amenazas. Las personas que están en el poder legislativo tienen que comprender claramente la amenaza que se cierne, es una amenaza sobre la sociedad.

No queremos una sociedad en la que seamos igual que los animales, en la que desaparezca el mundo rural, en la que venga gente a decirnos qué es lo que podemos hacer. Esto es un intento burdo de censura. Los políticos tienen que tomar la verdadera dimensión de este asunto y comprender que no solo hay que proteger la fiesta de los toros, sino que es la fiesta de los toros la que está protegiendo a la sociedad.

Foto: Fundación Toro de Lidia

P. ¿Existe desinformación y mitos alrededor del mundo de la tauromaquia?

R. El desconocimiento ha sido atroz. Hemos pasado unas décadas en el que la gente del toro no ha salido a defenderse y se ha llenado de muchos estereotipos. Para acudir a un festejo taurino no hace falta amarlo, solo respetarlo. Tenemos el objetivo de defender todas las mentiras que han llenado el vacío de discurso. Los toros interesan a más de la mitad de la población española, lo dice el Ministerio de Cultura.

Hay un mantra que dice que los aficionados de los toros son unos sádicos. Si nosotros fuéramos unos sádicos, pondríamos gradas en los mataderos. Es algo que no se sostiene. Otra es que los toros generan violencia, intolerancia y machismo. Esto no es así, España es uno de los países menos violentos del mundo. Y por ejemplo, es un país tolerante, el más tolerante en cuanto a libertad sexual. Si los toros hubieran generado violencia, no estaríamos en esas cifras.

P. Para aquellos que piden prohibir la tauromaquia en España, más allá de la figura del torero, ¿cuánta gente se vería afectada dentro del sector?

R. Nosotros defendemos los toros porque consideramos que son buenos, son una parte de la cultura y crean una sociedad mejor, transmitiendo valores. Una cultura del pueblo que no se puede tocar. Pero además, como otro argumento, los toros mantienen en torno a 200.000 puestos de trabajo. Toda una industria cultural, con efectos en el mundo rural, fijando población y creando riqueza. Habría mucha gente que lo pasaría mal. También se perdería la especie del toro bravo, los ecosistemas, las dehesas.

No solo defendemos los toros por lo que se perdería, los defendemos porque en sí consideramos que es bueno que haya una sociedad en el que el pueblo pueda expresarse y vivir sus costumbres a su manera.

P. ¿Qué deseos tienen para el futuro?

R. Nos planteamos pequeños objetivos. Uno simbólico es poder recuperar los toros en Olot, hemos solicitado los permisos al Ayuntamiento para celebrar un festejo. Son pequeños objetivos que significan mucho, significan recuperar espacios de libertad. Queremos que los toros vuelvan a Olot, a Cataluña, que los catalanes se puedan ver reflejados en su fiesta, arrebatada en un ataque brutal de la censura.

Queremos recuperar espacios de libertad, están sucediendo cosas muy bonitas. La sociedad se está dando cuenta que cuando iba a resultar fatalmente mutilada por la censura y los liberticidas, está comenzando a defenderlo. Estamos convencidos que este movimiento va a seguir, la defensa de la tauromaquia. Queremos que este espíritu siga adelante. Seguir recuperando espacios de libertad para esta sociedad. Para que la gente pueda vivir en un país más libre.