D. Raúl Tinajero dejaba ayer un mensaje claro de esperanza porque, según él, “estamos ante un reto apasionante: mostrar que Cristo sigue siendo importante entre los jóvenes”. No son la única realidad de la Iglesia, pero son muy importantes porque sus  actitudes de rebeldía, inconformismo y el dinamismo que envuelve todo lo que hacen ayuda a la comunidad cristiana a estar en continua lucha y búsqueda de novedad.

De las encuestas presinodales, se concluyó que, aunque muchos no deseasen conocer la realidad de la Iglesia, siguen teniendo una apertura notable a la transcendencia, es decir inquietud por buscar en su corazón a Dios. Y esta es, a juicio del ponente, la gran oportunidad que se le presenta a la pastoral de la Iglesia, que necesariamente pasa por un cambio de actitud: “ya no hay que llevar la Iglesia a los jóvenes sino llevarles a Cristo para que Él les lleve a la Iglesia”. Subrayó Tinajero que este cambio de enfoque es uno de los grandes retos a afrontar en el hoy de la pastoral eclesial con jóvenes. El propio Sínodo de los jóvenes da fe de la relevancia histórica en la que nos encontramos porque nunca antes se habían hecho tantos esfuerzos en esta dirección. Por eso “nosotros somos responsables directos de que esto pueda funcionar, nuestra tarea es sembrar para la eternidad”. Reconoció la dificultad y la dureza, pero el ponente puso también el acento en la esperanza.

Una buena Pastoral debería propiciar a los jóvenes el encuentro personal con Cristo para que esta experiencia les llevase a la comunidad cristiana, donde sintieran la acogida, descubrieran la necesidad de formarse y se proyectaran a la evangelización. Para eso los jóvenes, al igual que todo bautizado tenga la edad que tenga,  necesitan ser acompañados para que puedan hacer un discernimiento vocacional.

Recién llegado de Panamá donde acudió con la expedición española para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud, D. Raúl Tinajero matizó que los grandes eventos como éste que se acaba de celebrar son buenos, necesarios e importantes, pero la pastoral de la Iglesia no puede vivir solo de momentos extraordinarios porque resultarían fuegos de artificio. Para el director del Departamento de Pastoral de Jóvenes de la CEE “la perseverancia es la clave”, hay que estar metidos en procesos continuos, no en actividades puntuales si lo que se quiere es que los jóvenes experimenten ese encuentro personal con Cristo que fortalezca su fe y posibilite el discernimiento personal.

Subrayó también Tinajero que “los jóvenes están pidiendo continuamente que se les escuche” porque quieren una Iglesia más moderna, menos moralista, con una liturgia más viva y cercana, con un lenguaje claro, fiel al evangelio, coherente, creíble y que reconozca sin ambigüedades los errores que tanto daño han hecho en el presente y en el pasado. Es importante que la Iglesia salga a la calle, tome en serio los colegios, institutos y universidades, “que evangelice en las redes y que evangelice las redes”.

Desde todo lo dicho, el ponente, como ya D. Ricardo Blázquez apuntara en la jornada anterior, indicó que el Sínodo es un proceso abierto que dará pistas y permitirá, como en el Camino de Emaús, reconocer a los jóvenes, abrirles los ojos para interpretar lo que están viendo y elegir sin demora el camino de la misión.

La Jornada terminó como había comenzado, reivindicando por parte del ponente que la persona de Jesús sigue produciendo inquietud en los jóvenes, que estos tienen que dar un paso adelante para asumir responsabilidades y que todos los agentes pastorales de la Iglesia están obligados a que eso ocurra para el bien de la comunidad cristiana.

Este viernes, las Jornadas llegarán a su fin con la participación de Javier Prieto, seminarista mayor, y Mónica Rodrigo, trabajadora de Cáritas. Será a las 20:00 horas en el Colegio “Sagrado Corazón de Jesús” de la Avda. Príncipe de Asturias 23 de Zamora.