El regreso del Real Valladolid a Primera División ha coincidido con el estreno en LaLiga del VAR, el sistema de videoarbitraje que llegaba con el objetivo de zanjar polémicas arbitrales y aplicar una mayor justicia y ecuanimidad en la señalización de las acciones más controvertidas.

Sin embargo, el malestar en la afición blanquivioleta ha ido creciendo sin cesar a lo largo de toda la temporada con lo que cientos de aficionados consideran un doble rasero a la hora de aplicar el VAR.

El enésimo cabreo ha llegado este sábado, en la primera visita del Pucela al Wanda Metropolitano, donde el equipo de Sergio González ha perdido por 1-0 ante el Atlético de Madrid. Empezaba ya mal el encuentro para los seguidores desplazados hasta la capital, ya que en la zona en la que se había colocado a la afición visitante, la visibilidad era bastante deficiente, como ha reflejado la Federación de Peñas del Real Valladolid.

Pero el mosqueo monumental ha llegado con dos acciones clave en el devenir del partido. La primera en el gol en propia puerta de Joaquín, al que Griezmann empuja y desequilibra, impidiendo que el central despeje adecuadamente y la jugada termine con el 1-0.

Minutos después, en la recta final del partido, un remate de Calero es desviado por Arias con el brazo, dentro del área, lo que debería haber significado un penalti y la oportunidad para el Valladolid de lograr el empate, pero Melero López consultó el VAR y tras ver las imágenes en el monitor sobre el césped no señalizó la pena máxima.

La indignación ha vuelto a sacudir las redes, con cientos de protestas agrupadas en #BastaDeRoVAR