Castilla y León

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Valladolid

Un canto a la Tauromaquia en el Palacio Real de Valladolid

20 noviembre, 2019 10:35

Permítanme la libertad de ofrecerles esta crónica a modo de resumen de un festejo taurino, porque cierto es que anoche en el Palacio Real de Valladolid hubo “toreo caro”.

Pero sobre todo hubo un canto a la Tauromaquia, un canto a la libertad taurina. Y una cerrada ovación al Aula de Cultura de El Norte de Castilla que organizó este evento.

Aún me emociono al sentir las palabras, bellas palabras, de la “cuaterna actuante” en un “festejo nocturno”, celebrado nada menos que en el Salón del Trono. Aquí, en este Palacio Real donde cuatro reyes residieron y seguro que presenciaron algún que otro festejo en el improvisado coso de la emblemática Plaza de San Pablo.

Aquí, en Valladolid, donde Carlos I alanceó a un toro para celebrar el nacimiento de su hijo Felipe II. Aquí, en este Palacio donde ahora moran militares desde el siglo XIX, gentes que han sabido abrirse a la ciudadanía y que muestran orgullosos su interior, ceden sus salones para exposiciones… y para hablar de toros, mezclados con literatura. Eso es libertad.

Y todo comenzó pasadas las ocho y media de la tarde, con un lleno apoteósico en el precioso Trono Real. Con gentes ávidas de escuchar, de aprender, de entusiasmarse y de compartir amistad y libertad. Una palabra que sonó repetidamente en este “festejo nocturno” y cuyas ovaciones resonaron como si estuviéramos en Las Ventas.

Y unos hermosos y significativos silencios como los de la Maestranza sevillana

La presentación de los libros del maestro Santonja fue todo un acontecimiento literario de mucho calado. Su “Tierras adentro” y “Los toros del siglo de oro” (anales segovianos de la fiesta) marcan una época en el devenir de la búsqueda del origen del toreo. El maestro Santonja, que “lidió” el último toro de la noche, estuvo firme, sereno, seguro de sí mismo y derrochando “torería” por doquier.

Remató “la faena con la espada haciendo la cruz” cuando en la pantalla aparecieron sus toros en puntas, sus mosaicos talaveranos, sus manuscritos y, en definitiva, su verdad encontrada tras su “camino de espeleólogo” que advirtiera Mañueco. Máximos trofeos para el maestro de Béjar.

Amorós, compañero de Santonja en Literatura, toros…y España, dijo de él que “rastrea por los gratos laberintos de los archivos”. Recordó a Ortega el filósofo y a Ortega el torero. Y a Pérez de Ayala. Andrés Amorós “toreó” anoche con su clasicismo habitual.

De Prada, Juan Manuel, pisó “terrenos” comprometidos emulando al toreo tremendista. Pero luego sacó la “raza torera” y, exhibiendo un buen manejo de los “trastos”, supo lidiar de forma magistral. “Abrir plaza” siempre es comprometido, como “Tierras adentro” de su amigo Santonja: “libro comprometido con estas tierras de Castilla”.

El Presidente Mañueco, que según sus palabras “se apuntó al “festejo nocturno” por ser amigo de su paisano Santonja y no como el Presidente de CyL”, tuvo que emplearse a fondo como el novillero que está impaciente por torear. Y toreó. Y lo hizo arrimándose, lanceando despacio y mirando al tendido. No desentonó. Es más, se vino arriba frente a unos compañeros de cartel mucho más avezados que él en el arte de “torear”… (lease Literatura).

Y el “festejo nocturno” cautivó gracias, también, a un “director de lidia” que siempre estuvo atento a los “quites”. Fernando Conde supo “lidiar”. Estuvo siempre en el sitio, cediendo el protagonismo a la cuaterna actuante que dieron cuenta de “ocho bureles” con auténtico magisterio.

Al principio del acto el maestro Coello, a quién Conde presentó simplemente “como persona” a petición del artista, contribuyó a esta noche mágica, de toreo de ensueño, con sus “ataques de tauromaquia” obsequiando a los ponentes con la carpeta “Bramidos”. Una aportación de Andrés Coello a nuestra fiesta.

Y no fallaron mis amigos de siempre: Raúl y Diego, de La Empalizada, mi amigo Javi Martín, Jesús López Garañeda, junto a su esposa, llegados de Tordesillas. Justo Berrocal y Maríadela, de la Federación Taurina de Valladolid.

Miguel Angel Soria, el ilustrador y dibujante que en la planta baja del Palacio muestra sus trabajos de oficios artesanos hasta diciembre. No faltaron ms vecinos, los buenos taurinos Javiera y Teo y mi amigo Jóse Castellanos con algunos componentes de la Peña Afición Vallisoletana.

Y desde el Foro llegaron Miguel Angel Martín y su compañera (Fundación Eurotoro), Fernando Fernández Román y esposa. Iñigo Gamazo, ganadero de Raso de Portillo. En fin. Noche para soñar el toreo…y leer a los grandes como a Gonzalo Santonja.

Si yo fuese dictador en España, prohibiría las corridas de toros; como no lo soy no me pierdo ni una” (Ramón Pérez de Ayala)

 Galería de fotos: Javier Martín