Castilla y León

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Crónicas camperas…de toros, de amigos y de gastronomía (1ª parte)

1 diciembre, 2019 18:33

Ignacio López-Chaves López (Nacho), todo un señor ganadero y un ganadero señor. En su “refugio” de Calzadilla (Ledesma), vive intensamente y cuida con mimo el legado de su bisabuelo Andrés López Chaves Tabares.

A unos 3 kilómetros de Ledesma se encuentra Calzadilla del Campo, ahora despoblada como localidad que fue en su día, pero habitada por ganaderos de quinta generación cuando Nachito coja las riendas de la ganadería. Tiempo habrá. Hablamos de los López-Chaves ganaderos de enjundia, tanto de bravo como de manso para carne.

Nacho, cabeza visible del negocio ganadero familiar, trabajador incansable con jornadas agotadoras, pero incapaz de dejar de sonreír. Su bonhomía es conocida por el mundo del toro. Y su honestidad ganadera también. Y él, sólo, se compromete cada día y cada hora a cuidar de su legado ganadero.

Lo explicaba Don Quijote: “Es bueno mandar, aunque sea un hato de ganado”.

La dura vida del campo y el ganado, aunque tan joven, le ha dado algunos palos -léase algún empresario desaprensivo a los que no le salen las cuentas- .Y eso duele. Pero Nacho se repone con bravura y casta de la pura; la misma que tiene su tropa de bravo de origen Algarra-Torreón.

Y la visión ganadera que tuvieron su bisabuelo, Andrés López-Chaves Tabares y su abuelo Ignacio López-Chaves Lamamié de Clairac. A su padre, Ignacio (Tiri), lo saludamos un tanto renqueante de su rodilla, pero aguanta el tipo, quién con Mari Carmen, su esposa y madre de Nacho, disfrutan del enorme y bello caserón ledesmino; toda una belleza llena de recuerdos, de historia y de solera ganadera.

Habrá capítulo expreso dedicado a esa joya.

EN LA FINCA

El ganadero nos esperaba en el ancho porche que da a las instalaciones de la finca en una mañana lluviosa como casi todas de noviembre. Con Natalia, nuestra gráfica, habíamos acordado la excursión junto a su esposo Alberto y Eve, un bellezón e hija de ambos. Y disfrutamos, a pesar de la bendita lluvia.

Con el Toyota pick-up de cinco plazas, que Nacho se maneja por las 1.800 hectáreas -repartidas en distintas áreas de la zona y en otras más lejanas- recorrimos los distintos cercados donde pastan las 450 cabezas de ganado bravo y las 850 de manso.

EN LOS CERCADOS VIENDO A LOS BRAVOS Y MANSOS

El cercado de las vacas madres en época de paridera llamó la atención de Eve quién, cámara en ristre emulando a su madre, comenzó la captura de las mejores fotos. Toda una delicia ver a las pequeñas crías mamando, y otros recostados y adormilados tras el hartazgo de leche.

Variado pelaje de los animales, fruto de préstamos de algunos sementales de ganaderos andaluces y salmantinos.

Y en otro cercado los animales de carne de distintas razas, en lo que se denomina “ganadería extensiva”. Al albur de la hierba, más la paja y el sistema de alimentación que el ganadero considera conveniente. Los animales están lustrosos, aunque la lluvia desluce el pelaje.

Y llegamos al cercado de los machos. Por un lado, los becerros recién herrados, que aún denotan las señales del desinfectante. Por otro los erales y utreros, que ya van mostrando sus caritas de toritos - “caras de hombres” como dicen los toreros en su léxico tan particular-.

 LA SENSACIONAL NOVILLADA DE MORALZARZAL

“Sólo lidiamos una novillada con picadores cada temporada, y el resto festejos menores sin caballos. Nos manejamos de esa forma desde hace tiempo y no vamos a cambiar, de momento”. Nos dice Nacho haciendo hincapié en la novillada que lidiaron en Moralzarzal en el año 2015. “Fue declarada como la mejor novillada en España y Francia de ese año”, nos dice satisfecho y orgulloso el joven ganadero.

Y echamos mano del recuerdo para atestiguar lo de aquella tarde: reseña de Mundotoro:

Plaza de toros de Moralzarzal. Segunda de feria. Casi media plaza. Novillos de Ignacio López-Chaves, bajos, serios y bien armados, reunidos, de excelentes hechuras. Salvo el sexto, más áspero, dieron juego extraordinario. El quinto ‘Catetón’, número 67, premiado con la vuelta al ruedo
Fernando Lomeña, oreja y silencio tras aviso.
Juan Miguel, dos orejas y dos orejas y rabo tras aviso.
Alejandro Fermín, ovación tras aviso y dos orejas.

Ocurrió el 20 de septiembre de 2015. Y este año de 2019 lidiaron otra novillada en su tierra natal, donde Antonio Grande y Manuel Diosleguarde triunfaron plenamente. Todos los utreros fueron aplaudidos en el arrastre y uno, el primero, fue de vuelta al ruedo. En próximos días más capítulos.

FOTOGRAFÍAS: NATALIA CALVO